27/09/2025 - Edición Nº963

Internacionales

Choque diplomático

Viktor Orbán desafía a Suecia: la frase que encendió el debate migratorio

19/09/2025 | El primer ministro húngaro defiende su política de fronteras cerradas y acusa a Suecia de dar lecciones mientras enfrenta violencia interna.



El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, lanzó un duro mensaje contra el gobierno sueco, señalando la contradicción entre sus críticas a Budapest y la situación de inseguridad que atraviesan sus propias ciudades. "Los migrantes no cayeron del cielo. Alguien abrió la puerta, alguien debe responder", afirmó Orbán, en referencia a las políticas migratorias permisivas que, según él, han derivado en un aumento de la violencia en Suecia.

Orbán cuestionó que mientras Estocolmo se erige en juez del Estado de derecho europeo, enfrenta violencia callejera, atentados con explosivos y crímenes cometidos por menores, fenómenos que vincula directamente a la falta de control migratorio. "En lugar de arreglar su desastre, se dedican a molestarnos", añadió, subrayando que Hungría ha encontrado mejores formas de garantizar seguridad: "0 inmigrantes ilegales, 0 bombardeos".

El modelo húngaro de control

Desde 2015, Hungría ha levantado muros y reforzado su frontera sur para frenar la entrada de migrantes, una política que ha sido criticada por Bruselas y varias capitales europeas. Sin embargo, Orbán sostiene que este modelo es la única vía para proteger la soberanía y la seguridad nacional, en contraste con lo que considera el fracaso del multiculturalismo en países como Suecia.

En el discurso oficial de Budapest, las cifras hablan por sí solas: mientras Europa occidental enfrenta un repunte en delitos violentos asociados a pandillas de origen migrante, Hungría presume de ser uno de los países más seguros de la Unión Europea. Para Orbán, su política de tolerancia cero hacia la inmigración ilegal es la razón principal de esa estabilidad.

Un debate europeo abierto

El mensaje de Orbán no solo apunta a Suecia, sino a todo el continente. Su crítica revive la discusión sobre el futuro del proyecto europeo, dividido entre quienes abogan por una apertura inclusiva y quienes defienden el cierre de fronteras como escudo frente a la inseguridad. El primer ministro húngaro busca consolidarse como referente del segundo grupo, en un momento en que la agenda migratoria vuelve al centro del debate.

La respuesta de Estocolmo fue inmediata, tildando sus declaraciones de "mentiras escandalosas". No obstante, Orbán insiste en que su política es un ejemplo de pragmatismo y eficacia, en contraste con la ingenuidad que, a su juicio, ha puesto en riesgo la estabilidad de otras naciones europeas.

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