El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, sostuvieron este viernes una llamada telefónica que marca un paso significativo en medio de la tensión bilateral. El eje de la conversación estuvo en el futuro de TikTok y en la revisión de los aranceles que han marcado la relación comercial entre ambas potencias. Según fuentes cercanas, el intercambio fue constructivo y abre la puerta a un acuerdo de gran impacto.
La comunicación se produce en un momento de alta fricción: el lunes, el regulador chino acusó a la empresa estadounidense Nvidia de violar la ley antimonopolio, mientras que en Washington se había extendido el plazo para que ByteDance, matriz de TikTok, venda sus operaciones en el país. En este marco, la conversación entre Trump y Xi puede ser interpretada como un gesto político de acercamiento que busca encauzar los conflictos hacia soluciones negociadas.
Uno de los puntos centrales en discusión es el algoritmo de recomendaciones de TikTok, considerado el corazón de la aplicación. Trump extendió hasta diciembre el plazo para que ByteDance defina los términos de la cesión o venta, pero insiste en que cualquier acuerdo debe garantizar el control estadounidense del algoritmo para proteger la seguridad nacional. La llamada con Xi permitió discutir salidas técnicas y políticas que permitan salvar la aplicación y mantenerla operativa para millones de usuarios.
Desde Pekín, la posición ha sido defender la soberanía tecnológica de sus empresas, pero Xi habría mostrado disposición a explorar fórmulas intermedias. Analistas destacan que esta apertura refleja una voluntad pragmática de ambas partes para evitar un choque frontal que perjudique a usuarios, mercados y relaciones diplomáticas.
El eventual acuerdo sobre TikTok puede servir como catalizador para descongelar el diálogo bilateral en otras áreas sensibles, desde el comercio de semiconductores hasta las reglas de competencia en inteligencia artificial. Trump, que ha usado un tono firme frente a China, encuentra en esta negociación una oportunidad para mostrar liderazgo, asegurando que se avanza hacia una solución que protege intereses estadounidenses sin cerrar las puertas a la cooperación.
Para Xi, la conversación le permite proyectar a China como un actor dispuesto a negociar en pie de igualdad, mostrando que el país no solo defiende sus empresas, sino que también busca estabilidad en el escenario internacional. Ambos líderes saben que el futuro de la relación depende de la capacidad de encontrar equilibrios entre competencia y cooperación.
President Xi Jinping on Friday held phone talks with US President Donald Trump. pic.twitter.com/M178qMDrie
— Chinese Embassy in US (@ChineseEmbinUS) September 19, 2025
La llamada telefónica entre Trump y Xi no resuelve todos los conflictos, pero constituye un gesto positivo en un clima global de incertidumbre. Alrededor de TikTok se juegan intereses económicos, tecnológicos y geopolíticos de gran magnitud. Que los dos líderes hayan dedicado tiempo a hablar directamente sobre este tema indica que hay espacio para un entendimiento que beneficie a ambos países y, en última instancia, a los usuarios de la plataforma en todo el mundo.
El deshielo no está garantizado, pero esta apertura representa un punto de inflexión. Con pragmatismo y visión estratégica, Trump y Xi podrían transformar un conflicto en una oportunidad de cooperación, enviando un mensaje claro: incluso en medio de la rivalidad, el diálogo sigue siendo posible.