La interna en el gobierno de Javier Milei volvió a estallar. En medio de la tensión en los mercados, Federico Sturzenegger rompió su promesa de no opinar sobre macroeconomía y se burló del plan de Luis “Toto” Caputo y Pablo Quirno para controlar el dólar.
“Ya sé que la atención la tienen hoy en el tema de que se absorbieron pesos”, ironizó Sturzenegger, para luego promocionar una medida menor sobre el traslado de cerdos. La comparación fue leída como un gesto de desdén hacia el equipo económico, que no logra frenar la presión sobre la divisa.
Ya sé que la atención la tienen hoy en el tema de que se absorbieron pesos, pero la tarea de liberar restricciones para permitir el crecimiento, como dijo el presidente @JMilei hoy en Córdoba, sigue todos los días.
— Fede Sturzenegger (@fedesturze) September 19, 2025
Por eso quiero mencionar la Resolución 723/25 de @SenasaAR,… pic.twitter.com/OWtXyXjfSX
El trasfondo es más profundo. Mientras Caputo insiste en intervenir con reservas y restringir la liquidez, Sturzenegger se mantiene alineado con la ortodoxia del FMI: liberar el tipo de cambio y dejar atrás la teoría del “apretón monetario”. Con sus palabras, el asesor también puso en cuestión a Milei, principal defensor de esa estrategia.
Durante meses, la Casa Rosada sostuvo que la absorción de pesos era la clave para que no hubiera fondos suficientes para correr al dólar. La frase de Quirno, “¿con qué pesos?”, se convirtió en meme. Pero la realidad mostró lo contrario: los pesos existen, dormidos en plazos fijos y pasivos remunerados del Banco Central que, al vencer, vuelven al mercado.
Economistas como Alejandro Vanoli y Martín Kalos explicaron que la base monetaria amplia incluye esos depósitos que pueden transformarse en demanda de dólares en cuestión de días. El llamado “carry trade” multiplicó la liquidez en pesos mientras el oficial permanecía anclado, generando lo que muchos describen como “emisión silenciosa”.
La corrida se potenció con una mayor demanda de billetes por parte de bancos, que comenzaron a cubrirse ante posibles retiros de depósitos. En ese contexto, la chicana de Sturzenegger se convirtió en un símbolo: mientras el equipo económico batalla contra el mercado, uno de los hombres fuertes de Milei se permitió ridiculizar su estrategia.