29/09/2025 - Edición Nº965

Internacionales

Tensiones al límite

Violentos disturbios sacuden La Haya por protesta antiinmigración

21/09/2025 | Una manifestación derivó en violencia, con choques, destrozos y detenidos, en plena campaña electoral neerlandesa.



Una protesta contra la inmigración realizada en La Haya terminó en violentos disturbios que conmocionaron al país a pocas semanas de las elecciones generales. Lo que comenzó como una convocatoria con alrededor de mil quinientos manifestantes se transformó en una batalla campal cuando grupos radicalizados atacaron a la policía, incendiaron un vehículo y lanzaron objetos contra la sede de un partido político.

Las fuerzas de seguridad respondieron con cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Hubo al menos treinta personas detenidas y varios agentes resultaron heridos. La protesta había sido autorizada como pacífica, pero fue interrumpida de manera anticipada debido a la escalada de violencia.


La policía neerlandesa utilizó cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.

El episodio refleja el clima de tensión que atraviesa Países Bajos en medio de un debate cada vez más polarizado sobre inmigración y asilo. El tema se ha convertido en eje central de la campaña de cara a los comicios del 29 de octubre, donde los partidos de derecha buscan capitalizar el descontento social con propuestas más duras.

Históricamente, los Países Bajos han sido un destino importante para migrantes y refugiados. Desde la posguerra, el país recibió olas de trabajadores provenientes de Turquía, Marruecos y Surinam. En los últimos años, la llegada de refugiados de Siria, Afganistán y, más recientemente, de Ucrania, volvió a tensar el sistema de acogida. La falta de vivienda, los problemas de integración y la percepción de inseguridad alimentaron el crecimiento de movimientos nacionalistas y antiinmigración.

No es la primera vez que la inmigración desencadena crisis políticas en el país. En 2002, el asesinato del político Pim Fortuyn, quien había hecho de la oposición a la inmigración islámica su bandera, marcó un quiebre en la historia neerlandesa. Más tarde, líderes como Geert Wilders consolidaron un discurso de línea dura que hoy vuelve a ganar terreno, empujando incluso a partidos moderados a endurecer sus posiciones.

El reciente estallido en La Haya confirma que la inmigración no solo es un tema electoral, sino un conflicto social abierto que pone a prueba la capacidad de los Países Bajos para mantener la estabilidad en un contexto de creciente fragmentación política.