
Mauricio Macri ya no espera que Javier Milei lo contacte para colaborar con el sostenimiento político de su gobierno. El expresidente se cansó de enviar señales y ahora observa cómo la administración libertaria se desangra entre internas y una fuga de dólares sin control.
En el PRO todavía recuerdan el caos financiero de 2018, cuando el dólar escaló abruptamente y el FMI reclamaba señales. Aquella situación derivó en ajustes y cambios de gabinete. Hoy, la dinámica es similar: el Banco Central perdió más de 1.000 millones de dólares en dos días y el oficialismo enfrenta tensiones internas y políticas que complican la campaña.
El jueves, Milei decidió relevar a Lule Menem de su rol en la campaña y asignarle la organización de la fiscalización electoral. La medida fue percibida como menor, pero refleja la complejidad interna que afecta al gobierno. Desde Europa, Macri se mostró preocupado por la situación y mantiene contacto constante con la dirigencia del PRO local.
El expresidente condicionaría cualquier apoyo político a que los Menem y Karina Milei queden fuera del poder y del armado político. Sin embargo, considera improbable que Javier Milei acepte estas condiciones, dado que su hermana mantiene influencia clave. Los gobernadores aliados también muestran agotamiento ante la dinámica de la Casa Rosada.
El martes, Macri recibirá a los candidatos nacionales del PRO en la sede partidaria de la calle Balcarce. El objetivo es evaluar estrategias provinciales y nacionales, proyectar el futuro del partido y mandar un mensaje a la Casa Rosada: el PRO sigue vigente. Participarán dirigentes que quedaron dentro de acuerdos provinciales con La Libertad Avanza y aquellos que competirán contra los libertarios, como en Chubut.
El resultado de las elecciones bonaerenses expuso la debilidad de LLA y reforzó la percepción de desilusión en el electorado. Esto motiva al macrismo a revisar el desempeño provincial y nacional, especialmente en territorios donde el PRO cedió posiciones.
En paralelo, Macri mantiene contacto con referentes del espacio Provincias Unidas, como Juan Schiaretti, y proyecta un posible armado futuro de un interbloque en la Cámara baja, según coincidencias con los gobernadores. Las conversaciones se desarrollarán después de octubre, cuando se conozcan los números definitivos.
Mientras tanto, Jorge Macri y su equipo en la Ciudad de Buenos Aires optan por mantenerse al margen de la campaña nacional, priorizando la gestión local. La exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, también intenta abrir canales de diálogo con Macri, sin resultados concretos hasta el momento.
El escenario muestra a un PRO activo, evaluando estrategias y buscando recuperar electorado, mientras Javier Milei enfrenta su peor momento político y económico desde que asumió.