26/09/2025 - Edición Nº962

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Mientras la FIFA castiga el racismo, calla ante los insultos xenófobos a Garnacho

21/09/2025 | El organismo que conduce Gianni Infantino sanciona duramente los gestos racistas y promueve protocolos antidiscriminación, pero aún guarda silencio ante los insultos xenófobos y homofóbicos que sufrió Alejandro Garnacho en Old Trafford. ¿Hay agresiones que se castigan y otras que se toleran?



Alejandro Garnacho volvió a pisar Old Trafford, el estadio que lo vio crecer, pero esta vez como visitante y con la camiseta del Chelsea. Lo que debería haber sido un reencuentro emotivo se convirtió en una escena de hostigamiento explícito: insultos, cánticos humillantes y una canción que lo tildó de “imbécil argentino”, “maricón que se apropia del dinero” y “sin cerebro”.

La agresión verbal no fue aislada ni espontánea. Fue sostenida, coreada por miles y amplificada por redes sociales. Garnacho no jugó ni un minuto, pero fue el blanco principal de una hinchada que lo convirtió en símbolo de traición y desprecio. ¿El motivo? Su salida conflictiva del Manchester United y su llegada al Chelsea. ¿La forma? Una canción que mezcla xenofobia, homofobia y violencia simbólica.

El silencio que incomoda

Mientras la FIFA que conduce Gianni Infantino promueve campañas globales contra el racismo, sanciona gestos ofensivos y exige protocolos ante insultos discriminatorios, su silencio frente al caso Garnacho es ensordecedor. No hubo comunicado, investigación ni condena pública. Tampoco se activó el protocolo antidiscriminación que suele aplicarse ante insultos raciales en estadios europeos.

¿Acaso los insultos xenófobos no merecen el mismo repudio que los racistas? ¿Por qué la nacionalidad argentina puede ser objeto de burla y desprecio sin consecuencias? ¿Qué mensaje se transmite cuando se castiga el racismo pero se tolera la humillación pública de un joven latinoamericano?

Garnacho, entre la indiferencia y la exposición

El delantero intentó pasar inadvertido: campera, capucha y silencio. Pero la agresión fue directa, pública y masiva. La canción que lo denigró fue cantada en distintas tribunas, reproducida en redes y comentada por medios británicos. Garnacho no respondió, pero el daño simbólico ya estaba hecho.

La FIFA, que sanciona posteos con emojis malinterpretados, guarda silencio ante una canción que lo llama “imbécil argentino” y “maricón sin cerebro”. La doble vara es evidente. Y el mensaje, peligroso: hay insultos que se castigan y otros que se toleran, según quién los reciba y de dónde vengan.