27/09/2025 - Edición Nº963

Internacionales

Asesinato político

La investigación que podría implicar a Nicaragua en un asesinato en Costa Rica

24/09/2025 | La Fiscalía costarricense investiga si el crimen del opositor nicaragüense estuvo vinculado con estructuras de inteligencia de Managua.



El asesinato de Roberto Samcam, exmilitar nicaragüense y opositor declarado al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, ha encendido las alarmas en Costa Rica y la región. El crimen, ocurrido en junio en San José, consistió en una emboscada frente a su casa en la que recibió al menos ocho disparos. El hecho se suma a una serie de agresiones sufridas por exiliados nicaragüenses, lo que refuerza la hipótesis de una represión más allá de las fronteras.

Samcam había abandonado Nicaragua en 2018, tras el estallido social que dejó centenares de muertos y miles de detenidos. Desde su exilio en Costa Rica, se había convertido en una de las voces más críticas contra Ortega, denunciando violaciones a los derechos humanos y el control absoluto del Ejército y la Policía. Sus denuncias públicas y su persistencia en el activismo lo habían convertido en objetivo visible de amenazas.

Detenciones y hallazgos iniciales

La investigación de la Fiscalía General de Costa Rica ha llevado a la captura de cuatro sospechosos relacionados con el crimen. Entre ellos se encuentra un intermediario que habría servido de enlace entre quienes planearon el ataque y los responsables de ejecutarlo. También fueron detenidos colaboradores logísticos, incluyendo una mujer y un transportista, que habrían facilitado la movilidad del grupo.

Durante los allanamientos, las autoridades incautaron armas, teléfonos celulares, pasamontañas y un casco de motocicleta, indicios que apuntan a la preparación meticulosa de la emboscada. Sin embargo, el autor material —el hombre que disparó directamente contra Samcam— continúa prófugo, lo que mantiene abierta la línea de investigación principal.

Hipótesis de un crimen político

El fiscal general, Carlos Díaz, ha afirmado que el caso no puede reducirse a un acto delictivo común. Una de las hipótesis más sólidas sugiere que detrás del asesinato hay un trasfondo político, con posible participación de la inteligencia militar nicaragüense. Entre las agencias señaladas está la Dirección de Información y Contrainteligencia Militar (DICIM), señalada por disidentes como un brazo represivo del Ejército.

Según fuentes judiciales, el nivel de vigilancia previa y la ejecución coordinada refuerzan la posibilidad de que se trate de una operación transnacional de represión, dirigida a silenciar voces opositoras incluso fuera del territorio nicaragüense. La tesis cobra fuerza en un contexto en el que Managua ha intensificado la persecución contra exiliados, incluyendo campañas de espionaje y amenazas en otros países de la región.

Reacción regional e internacional

El asesinato de Samcam ha despertado preocupación entre diplomáticos, organismos de derechos humanos y comunidades de exiliados en Centroamérica. Para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el caso es un signo alarmante de que el régimen de Ortega estaría dispuesto a perseguir opositores fuera de sus fronteras, lo que violaría principios básicos del derecho internacional.

Organizaciones de la diáspora nicaragüense en Costa Rica han exigido protección urgente para líderes comunitarios y periodistas exiliados, quienes han denunciado recibir amenazas similares. La percepción es que el crimen de Samcam podría convertirse en un precedente peligroso, abriendo la puerta a una estrategia sistemática de violencia extraterritorial.

Un patrón de persecución transnacional

El caso no es aislado. Desde 2018, varios opositores nicaragüenses en Costa Rica han reportado intentos de atentados, hostigamientos y presiones. Si bien la mayoría de los incidentes no alcanzaron la gravedad del asesinato de Samcam, la suma de hechos compone un patrón que las autoridades ahora deben evaluar con mayor profundidad.

La comunidad internacional ha comenzado a plantear la necesidad de mecanismos de protección regional para los exiliados. Países vecinos como Panamá y Honduras también han registrado incidentes menores contra disidentes nicaragüenses, lo que muestra que el fenómeno podría extenderse más allá de Costa Rica.

Terrible situación 

El asesinato de Roberto Samcam plantea una disyuntiva crítica para Costa Rica: mantener su tradición como país de asilo y refugio o enfrentar una amenaza de infiltración política extranjera que compromete su seguridad interna. Aunque aún no hay pruebas concluyentes que vinculen de manera directa al gobierno de Nicaragua, la probabilidad de un trasfondo político es alta (70%), considerando las circunstancias y el perfil de la víctima.

A nivel regional, el caso evidencia el riesgo de que los regímenes autoritarios trasladen sus métodos represivos más allá de sus fronteras. La protección de los exiliados y la garantía de justicia serán pruebas clave para Costa Rica y para la comunidad internacional, que observa con preocupación el avance de la represión transnacional en Centroamérica.

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