24/09/2025 - Edición Nº960

Internacionales

Asamblea General ONU

El discurso del Emir de Catar que desafía el poder militar en la ONU

23/09/2025 | Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani advirtió en la ONU sobre el peligro de la represión transnacional y condenó un ataque en Doha como terrorismo de Estado.



El Emir de Catar, Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani, participó en la apertura del 80º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, donde pronunció un discurso centrado en la defensa del derecho internacional, la soberanía de los Estados y la dignidad humana. Su intervención fue una de las más destacadas de la jornada inaugural y se enmarcó en un contexto de crisis múltiples que afectan al sistema multilateral.

En su alocución, el Emir cuestionó lo que denominó un “nuevo realismo político”, una lógica en la que prima el uso de la fuerza sobre la justicia y los principios fundamentales del derecho internacional. Señaló que esta tendencia amenaza con socavar la legitimidad de las Naciones Unidas y con consolidar un escenario global de arbitrariedades en lugar de cooperación.

Condena a un ataque en Doha

Uno de los puntos más fuertes de su discurso fue la denuncia de un ataque ocurrido el 9 de septiembre en Doha, durante una reunión de una delegación de negociación de Hamas en un barrio residencial que alberga escuelas y sedes diplomáticas. El Emir calificó el hecho como un “acto cobarde y un claro ejemplo de terrorismo de Estado”, al tiempo que lo presentó como una violación directa de la soberanía catarí.

Para el líder del emirato, este episodio no solo constituye una agresión contra Catar, sino que sienta un precedente peligroso en el sistema internacional. En sus palabras, la acción demuestra que incluso países pequeños y tradicionalmente mediadores pueden convertirse en blancos de operaciones extranjeras que atentan contra la paz y la seguridad regional.

El papel de Catar como mediador

El Emir dedicó parte de su discurso a resaltar el papel de Catar como mediador en los conflictos internacionales, especialmente en Oriente Medio. Reiteró que su país seguirá impulsando el diálogo entre Israel y Hamas, abogando por un alto el fuego inmediato, la entrada de ayuda humanitaria y la liberación de rehenes.

También recordó la participación catarí en procesos de paz en Siria y en África, subrayando que la diplomacia de Doha se basa en el respeto a la justicia internacional y en la búsqueda de soluciones pacíficas. Este posicionamiento refuerza la imagen del emirato como un actor que, pese a su tamaño, busca incidir en la arquitectura de la seguridad global.

Llamado a la comunidad internacional

En su intervención, Tamim bin Hamad advirtió sobre la urgencia de restaurar la confianza en el orden multilateral y de evitar que los conflictos actuales sean gestionados únicamente desde el poder militar. Aseguró que la ONU debe retomar su papel central como garante de la paz y como plataforma para la cooperación internacional.

Asimismo, insistió en que la protección de los pueblos, en especial de los palestinos, debe convertirse en una prioridad global. Consideró que la comunidad internacional no puede permanecer indiferente ante violaciones sistemáticas de los derechos humanos, y que la legitimidad de la ONU depende de su capacidad para responder de manera efectiva.

Una gran posición 

El discurso del Emir de Catar combina una defensa firme de la soberanía con un intento de reforzar la imagen de Doha como mediador indispensable en la región. La denuncia del ataque en su territorio, enmarcada como terrorismo de Estado, eleva la apuesta diplomática y plantea un pulso con actores que buscan minimizar la influencia catarí. La probabilidad de que sus palabras generen un impacto real en la dinámica de la ONU es moderada, pero sí consolidan a Catar como un actor visible en el debate global.

A nivel regional, la intervención busca reforzar alianzas y legitimar la política exterior del emirato, mientras posiciona a su líder como una voz que desafía el predominio del poder militar sobre el derecho internacional.