
El foco de la jornada no estuvo solo en los discursos de la Asamblea General, sino en un encuentro bilateral que reunió a Donald Trump y Emmanuel Macron en Nueva York. Frente a las cámaras, Trump criticó de manera frontal la decisión de Francia de reconocer al Estado palestino, al considerar que ese paso constituye un mensaje equivocado para la seguridad regional. Para el presidente estadounidense, tal decisión equivale a “premiar” a Hamás, un grupo señalado por la violencia del 7 de octubre.
El gesto se interpretó como un intento de reafirmar la autoridad estadounidense en la narrativa sobre Medio Oriente. Trump subrayó que no se puede ignorar la magnitud de los ataques de octubre, que dejaron imágenes de atrocidades y víctimas civiles. En su lógica, cualquier movimiento diplomático debe colocar la seguridad como prioridad, y nunca legitimar a actores que emplean el terrorismo como herramienta política.
La intervención de Trump mostró la contundencia de su estilo político, que no rehúye confrontar a sus pares en público. Con Macron a su lado, dejó claro que la política exterior de Estados Unidos bajo su liderazgo se rige por la disuasión y el realismo estratégico. Su advertencia, aunque polémica, fue recibida por parte de su base como una señal de coherencia frente a lo que considera concesiones peligrosas.
El presidente recordó que la seguridad de Israel y la estabilidad de la región dependen de no enviar señales que fortalezcan a grupos violentos. Afirmó que reconocer a Palestina en este contexto podría convertirse en una recompensa simbólica para Hamás, debilitando los incentivos para negociar una paz real.
Mientras Trump apelaba a la memoria del 7 de octubre, Macron defendió que reconocer a Palestina no significa ignorar el terrorismo, sino intentar sentar bases políticas para aislar a los extremistas y abrir una vía de negociación. El contraste fue visible, aunque ambos cuidaron las formas para no deteriorar la relación bilateral.
El intercambio evidenció dos estrategias opuestas: la de Francia, que apuesta al gesto diplomático como catalizador político, y la de Trump, que prioriza la fuerza disuasiva y las condiciones de seguridad antes de cualquier reconocimiento.
Trump a Macron y su reconocimiento a Palestina: "Honra a Hamás... El 7 de octubre fue uno de los días más salvajes en la historia del mundo... Estamos hablando de bebés cortados por la mitad. Niños pequeños a quienes les cortan la cabeza". pic.twitter.com/bHsSzOj8iP
— Emmanuel Rincón (@EmmaRincon) September 23, 2025
La postura de Trump en la rueda de prensa bilateral consolida su imagen como un líder dispuesto a defender líneas rojasfrente al terrorismo. Aunque criticado por el tono duro de sus palabras, su mensaje refuerza la percepción de que Estados Unidos debe mantener la autoridad moral y estratégica en Medio Oriente.
Al confrontar a Macron de forma directa, Trump volvió a demostrar su habilidad para marcar agenda y encuadrar el debate en términos de seguridad y realismo político. En el tablero de la ONU, ese contraste no solo proyecta su liderazgo, sino que lo sitúa como voz central en el pulso sobre Palestina.