
El brutal triple femicidio de Florencio Varela estremeció al país. Las jóvenes Morena Verdi, Brenda Del Castillo y Lara Gutiérrez, desaparecidas desde el viernes, fueron halladas asesinadas y descuartizadas en una vivienda de Villa Vatteone. La noticia generó conmoción social y derivó en un pronunciamiento inmediato de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien habló de “un horror” y expresó su solidaridad con las familias.
Bullrich evitó llevar el caso al terreno electoral, aunque no ocultó su preocupación: “Un final muy triste, de situaciones de mucha conflictividad social, marginalidad y problemas en esas familias que terminaron en esta tragedia”. La funcionaria destacó el rol de la Dirección Nacional de Trata en la búsqueda y remarcó que su cartera se puso a disposición de la provincia de Buenos Aires.
El caso se disparó el viernes 19 de septiembre, cuando las tres jóvenes fueron vistas por última vez en La Matanza. La búsqueda concluyó en una vivienda de Florencio Varela, adonde se llegó mediante la triangulación del celular de una de ellas. Allí, la Policía bonaerense encontró rastros de sangre, a un hombre y una mujer intentando limpiar la escena con lavandina, y finalmente los cuerpos.
Los investigadores sostienen que el crimen estaría vinculado a una banda narco de la Villa 1-11-14. Dos sospechosos de nacionalidad peruana fueron detenidos, acusados de encubrir la escena. La causa quedó en manos del fiscal Gastón Dupláa, de La Matanza, quien ahora busca determinar el grado de participación de los distintos implicados.
El abuelo de dos de las víctimas, en diálogo con la prensa, confirmó el peor desenlace: “Pasó lo que no queríamos. Nos confirmaron que sí, son ellas”. Sus palabras resumieron la desolación de una comunidad atravesada por el miedo, la indignación y la impotencia frente a un hecho que expone los vínculos entre la violencia criminal y la vulnerabilidad social.
El triple crimen no solo sacudió a Florencio Varela, sino que reavivó el debate sobre la inseguridad, el narcotráfico y la capacidad del Estado para prevenir hechos de esta magnitud. En campaña electoral, el caso deja al descubierto una herida profunda que interpela tanto al gobierno nacional como al bonaerense.