
La contienda presidencial en Colombia ha entrado en una fase de gran exposición mediática, marcada por la irrupción de Abelardo de la Espriella. El reconocido abogado penalista, conocido por su estilo polémico, ha decidido competir en las elecciones de 2026 y desde el inicio ha centrado su estrategia en captar atención con gestos y declaraciones que buscan diferenciarlo del resto de precandidatos. En este terreno, su principal rival es Daniel Quintero, exalcalde de Medellín, quien también apuesta por el impacto mediático para mantenerse en el centro de la discusión.
El escenario político colombiano se caracteriza hoy por una sobreoferta de aspirantes, lo que obliga a todos a diseñar golpes de efecto que les permitan destacar. Mientras Quintero ha recurrido a símbolos de fuerte carga internacional —como portar la bandera de Palestina en eventos empresariales o generar incidentes diplomáticos con Perú—, De la Espriella ha desplegado una estrategia digital agresiva. Sus videos, algunos creados con inteligencia artificial, lo muestran como “El Tigre”, un personaje que refuerza su imagen de político duro y sin concesiones.
En materia programática, De la Espriella propone reducir impuestos, endurecer las penas con cadena perpetua para criminales y eliminar la justicia transicional que procesa crímenes de lesa humanidad. Se presenta como un defensor del orden y de la patria, un mensaje que ha encontrado eco en iglesias evangélicas y en sectores conservadores que lo respaldan de forma abierta. Además, cuenta con el apoyo del partido ultraconservador Movimiento de Salvación Nacional.
El abogado también ha mantenido cercanía con figuras influyentes de la derecha tradicional. Su vínculo con Álvaro Uribe, expresidente de Colombia, es visible tanto en el ámbito personal como político. No solo lo defendió legalmente en procesos judiciales, sino que lo acompañó en manifestaciones recientes, consolidando así su imagen como una figura de continuidad dentro del bloque de derecha.
Pese a su crecimiento mediático, la figura de De la Espriella está rodeada de controversias. Ha sido criticado por sus vínculos con paramilitares, especialmente con Salvatore Mancuso, y por haber ejercido como abogado de personajes polémicos, entre ellos Alex Saab, señalado de ser testaferro de Nicolás Maduro. Estos antecedentes han sido utilizados por sus detractores para cuestionar su autoridad moral y su verdadera agenda política.
Tales cuestionamientos no han frenado su estrategia de exposición pública. De la Espriella asume los ataques como parte de su narrativa de persecución y se victimiza para consolidar simpatías. Su estilo estridente y confrontativo le ha permitido posicionarse rápidamente en el debate público, incluso en un momento en que las encuestas están prohibidas hasta noviembre.
En las horas más oscuras de la Patria, cuando libramos una batalla espiritual y una confrontación de principios y valores frente al mal, Colombia necesita un CIRO que luche por ella y la libere de la opresión.
— Abelardo De La Espriella (@ABDELAESPRIELLA) September 23, 2025
El Pastor y Concejal Marco Acosta ha aceptado con valentía unirse a… pic.twitter.com/3qNi3oKBPn
La estrategia de De la Espriella busca mantener el impulso hasta marzo de 2026, cuando se realizarán las elecciones legislativas y podría darse una consulta interna de la derecha. Allí espera consolidarse como la figura más visible frente a otros nombres del mismo sector. La clave de su apuesta es convertir la polémica en un motor de campaña, logrando que sus opositores terminen multiplicando su presencia mediática.
Por su parte, Daniel Quintero enfrenta el reto de no quedar opacado en la disputa de la atención pública. Si bien conserva un electorado fiel entre sectores progresistas y jóvenes urbanos, el crecimiento de figuras disruptivas como De la Espriella amenaza con restarle protagonismo en un escenario cada vez más fragmentado y competitivo.
Desde Medallo 📍, las heroínas de la Patria están ¡Firmes con Abelardo! porque saben el compromiso del tigre con la Fuerza Pública, a la que le devolverá la grandeza y el honor que se merecen.
— Abelardo De La Espriella Presidente (@AbelardoPresi26) September 24, 2025
¡Firme por la Patria! 🇨🇴🫡#AbelardoConLaFuerzaPublica #AbelardoPresidente pic.twitter.com/xr6ejobzM8
La campaña presidencial colombiana de 2026 parece encaminada a un duelo mediático en el que los gestos y los símbolos pesan tanto como las propuestas. La irrupción de Abelardo de la Espriella introduce un factor disruptivo, al atraer al electorado conservador con un estilo estridente que combina espectáculo y política. Esto lo convierte en un contendiente difícil de ignorar para sus rivales.
No obstante, el peso de sus antecedentes y las controversias que lo rodean podrían limitar sus posibilidades de crecer más allá de un nicho ideológico específico. En un país acostumbrado a campañas polarizadas, el choque entre De la Espriella y Quintero anticipa una contienda donde la batalla por la atención mediática será tan decisiva como la construcción de propuestas de gobierno.