
La Casa Blanca presentó esta semana un nuevo “Paseo de la Fama” presidencial, una galería permanente que recorre la historia de los mandatarios de Estados Unidos desde George Washington hasta la actualidad. La iniciativa busca consolidar un espacio de homenaje a la figura presidencial en el corazón del edificio más emblemático del poder norteamericano.
El recorrido, que se extiende a lo largo de uno de los principales pasillos de la residencia oficial, reúne retratos de todos los presidentes que ocuparon el cargo en más de dos siglos de historia republicana. Allí aparecen los rostros de figuras icónicas como Thomas Jefferson, Abraham Lincoln, Theodore Roosevelt o Franklin D. Roosevelt, junto a líderes contemporáneos como Ronald Reagan, Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama.
Sin embargo, la inauguración quedó atravesada por la polémica debido a un detalle inesperado: en el espacio destinado a Joe Biden no se exhibe su fotografía, sino una reproducción de su firma realizada mediante un dispositivo de autopen, una máquina que imita la rúbrica original. Este sistema se utilizó en la política estadounidense desde la década de 1960 para firmar cartas y documentos oficiales cuando los presidentes no podían hacerlo en persona, pero nunca había sido presentado como sustituto de un retrato oficial.
El empleo del autopen en los últimos meses del mandato de Biden ya había generado controversias y hasta motivado indagaciones en el plano político. Trump sostuvo en varias ocasiones que las medidas firmadas de esa manera —incluidas órdenes ejecutivas e indultos— no deberían considerarse válidas. No obstante, especialistas en derecho constitucional remarcan que el procedimiento es legítimo siempre que exista una instrucción directa del presidente para su utilización.
El gesto fue interpretado como una ironía hacia el mandatario demócrata, cuyo gobierno estuvo marcado por cuestionamientos sobre su salud y sobre la manera en que ejerció el poder durante su último tramo en la Casa Blanca. La decisión generó críticas de parte de quienes lo consideran una falta de respeto hacia la figura presidencial y un intento de ridiculizar su legado.
🇺🇸 | La Casa Blanca estrena el Paseo de la Fama de los ex presidentes estadunidenses.. con una sorpresa en el retrato de Joe Biden. pic.twitter.com/rAlVYN2GvZ
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) September 24, 2025
La galería, según destacaron los organizadores, busca convertirse en una atracción histórica y cultural para los visitantes de la Casa Blanca, similar al “National Portrait Gallery” del Instituto Smithsoniano, donde se conserva la tradición de encargar retratos oficiales de cada presidente desde 1962. En este caso, sin embargo, la puesta en escena estuvo atravesada por un clima de tensión política, en medio de un país polarizado y de cara a un nuevo ciclo electoral.
Lejos de ser un simple pasillo decorativo, el Paseo de la Fama presidencial refleja cómo cada administración elige contar la historia de quienes ocuparon la Oficina Oval. En este caso, el detalle en el espacio de Biden convirtió un acto institucional en un nuevo capítulo de la disputa simbólica entre líderes en un país donde la memoria política se ha transformado en un campo de batalla tan importante como las urnas.