La familia del capitán Sumeet Sabharwal, al mando del vuelo AI-171 de Air India que se estrelló en junio tras despegar de Ahmedabad, cuestionó públicamente a los investigadores de accidentes de la India, alegando insinuaciones sobre la responsabilidad de su hijo en la tragedia.
Pushkar Raj Sabharwal, de 91 años y exfuncionario del regulador de seguridad aérea, afirmó que funcionarios de la Oficina de Investigación de Accidentes Aeronáuticos (AAIB) lo visitaron el 30 de agosto “con el pretexto de ofrecer condolencias” y, según su correspondencia con la Federación de Pilotos de India, insinuaron que su hijo había cortado el suministro de combustible a los motores después del despegue.
“El trato fue más allá de su mandato: insinuaron, basándose en interpretaciones selectivas de la grabadora de voz de cabina y un supuesto ‘análisis de voz en capas’, que mi hijo manipuló los interruptores de combustible de RUN a CUTOFF”, escribió Pushkar Raj Sabharwal en un correo del 17 de septiembre.

El accidente del Boeing 787-8 Dreamliner dejó 241 muertos de los 242 pasajeros y tripulantes a bordo, más 19 personas en tierra. Un informe preliminar de la AAIB señaló que los interruptores del motor cambiaron casi simultáneamente a la posición de corte justo después del despegue, aunque no identificó con certeza quién los había accionado. Una fuente cercana a la evaluación temprana de la investigación estadounidense indicó en julio que la grabación de la cabina sugería que el capitán pudo haber cortado el flujo de combustible, mientras que el primer oficial preguntó por qué se había movido la palanca y solicitó restaurar el suministro.
El padre del piloto pidió apoyo de la federación para garantizar una investigación “justa y transparente” y destacó la necesidad de preservar la dignidad de su hijo y la integridad del debido proceso. “La especulación ha causado angustia personal; otra investigación ayudaría a proteger la verdad y la seguridad de futuros pasajeros”, añadió.
La Corte Suprema de India solicitó esta semana al gobierno que responda a un litigio de interés público que exige una investigación independiente sobre el accidente. Mientras tanto, la AAIB instó al público y a los medios a evitar conclusiones prematuras que puedan comprometer la investigación. El caso ha reavivado el debate sobre la seguridad en la aviación y la transparencia de las investigaciones tras accidentes aéreos, así como la responsabilidad profesional y ética de quienes participan en estos procesos.