
El INDEC informó que la pobreza alcanzó al 31,6% de la población urbana en el primer semestre de 2025, lo que equivale a 9,45 millones de personas en los 31 aglomerados relevados. En términos de hogares, el 24,1% no logra cubrir la Canasta Básica Total (CBT): son 2,45 millones de familias que viven bajo la línea de pobreza.
Dentro de ese universo, la indigencia -hogares cuyos ingresos ni siquiera alcanzan para adquirir la Canasta Básica Alimentaria (CBA)- afectó al 5,6% de los hogares y al 6,9% de las personas, lo que representa 565.821 hogares y 2,05 millones de argentinos en situación extrema.
#DatoINDEC
— INDEC Argentina (@INDECArgentina) September 25, 2025
El 31,6% de las personas de 31 aglomerados urbanos relevados por la Encuesta Permanente de Hogares formaba parte de hogares en condición de pobreza durante el 1° semestre de 2025 https://t.co/CCPuXyM2YV pic.twitter.com/cfhJmexvpZ
La novedad es que tanto la pobreza como la indigencia registraron una caída respecto al semestre anterior. Entre el cierre de 2024 y el primer semestre de 2025, el indicador de pobreza retrocedió 4,5 puntos porcentuales en hogares y 6,5 puntos en personas, mientras que la indigencia cayó 0,8 y 1,3 puntos, respectivamente.
Según el organismo, la mejora se explica porque los ingresos familiares subieron 26,3% en el período, mientras que las canastas aumentaron a un ritmo menor: 13,2% en el caso de la alimentaria y 12,3% en la total. Ese desfasaje permitió que más hogares lograran superar el umbral de la pobreza.
Aun así, la brecha persiste: los hogares pobres tienen en promedio un ingreso de $671.492, cuando la CBT asciende a $1.065.691, lo que implica un déficit del 37%. En los hogares indigentes, la diferencia entre ingresos y la CBA es del 37,9%.
El informe advierte que la pobreza sigue teniendo un fuerte sesgo generacional. Casi la mitad (45,4%) de los menores de 0 a 14 años viven en hogares pobres. Entre los jóvenes de 15 a 29 años, la tasa llega al 37%, mientras que en la franja de 30 a 64 años baja al 27,7%. Entre los mayores de 65 años, el 10,8% permanece bajo la línea de pobreza.
La reducción se verificó en todas las regiones del país. No obstante, la desigualdad territorial persiste: el NEA concentra la mayor incidencia (39%), seguido por Cuyo (33,8%). En el otro extremo, Patagonia (27%) y la región Pampeana (30,5%) muestran los niveles más bajos.
En el Gran Buenos Aires, la pobreza alcanza al 31,5% de las personas, con diferencias marcadas: mientras en la Ciudad de Buenos Aires la tasa es de 15,1%, en los partidos del conurbano trepa al 35,3%.
La cifra publicada este jueves por el INDEC fue destacada en redes sociales como un dato positivo en medio de la crisis social, al mostrar una baja significativa frente al pico del primer semestre de 2024, cuando más de la mitad de la población (52,9%) se ubicaba bajo la línea de pobreza.
Sin embargo, la foto social sigue siendo alarmante: casi uno de cada tres argentinos en áreas urbanas es pobre, y uno de cada 14 no llega a cubrir la alimentación básica.