
La reunión de este jueves entre Donald Trump y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan marcó un nuevo capítulo en la compleja relación entre Washington y Ankara. En el centro de la agenda estuvieron tres ejes: el regreso de Turquía al programa de cazas F‑35, la presión de EE. UU. para frenar la importación de petróleo ruso y el papel de Turquía como mediador en la crisis de Gaza.
Según fuentes oficiales, la Casa Blanca evalúa levantar la prohibición de venta de F‑35 a Turquía, impuesta en 2019 tras la compra del sistema antiaéreo ruso S‑400. Para Ankara, reincorporarse al programa significa un impulso estratégico y simbólico en su relación con la OTAN. Trump admitió que la medida “podría concretarse” si las negociaciones prosperan, un gesto interpretado como la señal de mayor acercamiento en años.
Sin embargo, la conversación no estuvo exenta de tensiones. Washington presionó a Erdogan para que reduzca la compra de petróleo ruso, considerada una fuente clave de ingresos para Moscú en medio de la guerra en Ucrania. Trump dejó claro que, aunque valora la alianza con Turquía, espera compromisos más firmes para aislar a Rusia. Esta exigencia refleja la línea estratégica estadounidense de cerrar las grietas en el frente occidental contra el Kremlin.
Erdogan, por su parte, defendió la necesidad de diversificar proveedores energéticos para garantizar la seguridad de Turquía, aunque no descartó ajustes graduales en el suministro. Para analistas, esta discrepancia es uno de los puntos más delicados del vínculo bilateral: muy probable (≈70%) que siga generando roces en el corto plazo.
President @RTErdogan met with President Donald J. Trump of the United States @WhiteHouse 🇹🇷🇺🇸 pic.twitter.com/lS3j1iGDsC
— Presidency of the Republic of Türkiye (@trpresidency) September 25, 2025
Otro de los temas centrales fue la guerra en Gaza. Trump mencionó avances en un plan de cese al fuego e insinuó que Ankara podría desempeñar un rol de mediador dada su influencia en el mundo musulmán. Erdogan, que ha sido crítico con la política israelí, expresó disposición a involucrarse en una salida diplomática, lo que podría dar a Turquía un papel clave en negociaciones multilaterales.
Más allá de la defensa y la energía, el encuentro incluyó un capítulo económico. Turquía planea adquirir cientos de aviones Boeing y cazas de Lockheed Martin, lo que consolida a EE. UU. como socio estratégico en infraestructura y tecnología militar. Para Trump, estos acuerdos también significan un triunfo en materia de inversión y empleo estadounidense.
President Donald J. Trump and Turkish President Recep Tayyip Erdoğan @trpresidency. 🇺🇸🤝🇹🇷 pic.twitter.com/TJkVDoW5tM
— The White House (@WhiteHouse) September 25, 2025
La reunión mostró la voluntad de ambos líderes de acercar posiciones tras años de tensiones, aunque las diferencias estructurales persisten. Turquía busca recuperar protagonismo en la OTAN y equilibrar sus lazos entre Washington y Moscú, mientras Trump apuesta a fortalecer alianzas estratégicas en un contexto global volátil. El posible regreso al programa F‑35 y la discusión sobre petróleo ruso son los puntos más relevantes de un encuentro que reconfigura la relación bilateral.
Trump señala a Erdogan mientras habla de elecciones amañadas: “Él sabe sobre elecciones amañadas más que nadie”. pic.twitter.com/8rRHNpPbOl
— Wall Street Wolverine (@wallstwolverine) September 25, 2025