27/09/2025 - Edición Nº963

Internacionales

Protestas en Madagascar

Madagascar responde con toque de queda ante protestas masivas

26/09/2025 | Jóvenes marchan contra apagones, fuerzas de seguridad responden con restricción nocturna.



En Antananarivo, la capital de Madagascar, la indignación estalló después de prolongados cortes en el suministro de electricidad y agua. Lo que comenzó como reclamos pacíficos derivó en movilizaciones masivas con jóvenes a la cabeza, que exigieron mejoras urgentes. Durante las protestas se registraron saqueos, incendios y daños a propiedades privadas, lo que llevó a las fuerzas de seguridad a intervenir con firmeza. Finalmente, el gobierno decretó un toque de queda nocturno de 19:00 a 05:00 para intentar controlar la situación.

Una crisis que se arrastra

El malestar ciudadano no es nuevo. En muchas zonas urbanas los cortes de electricidad ocurren casi todos los días, a veces por más de 12 horas. Lo mismo sucede con el agua: barrios enteros pasan jornadas enteras sin acceso, y cuando el servicio regresa suele ser irregular o de baja calidad. Las redes eléctricas están envejecidas, la empresa pública enfrenta deudas millonarias y los sistemas de distribución de agua arrastran décadas de falta de mantenimiento.

Las consecuencias afectan a todos los niveles. Los comercios pequeños pierden mercadería refrigerada, hospitales trabajan al límite con generadores, y las escuelas cierran cuando los cortes son prolongados. Para la población, además, significa cocinar a oscuras, no poder conservar alimentos básicos y vivir en constante incertidumbre. La frustración se transformó en un sentimiento colectivo de hartazgo que desembocó en las protestas actuales.

Respuesta oficial y promesas

Ante el creciente descontento, el gobierno anunció medidas de emergencia que incluyen inversiones en nuevas plantas de generación, proyectos de energías renovables y mejoras en las redes de agua y electricidad. Sin embargo, la población mantiene su escepticismo, ya que promesas similares se han hecho en el pasado sin resultados visibles. El toque de queda, por ahora, se presenta como una medida temporal, pero deja en evidencia la fragilidad institucional frente a una demanda básica: poder acceder a servicios esenciales.

La historia reciente del país muestra que este tipo de crisis no es aislada. En otros momentos, los cortes prolongados también derivaron en protestas y episodios de violencia. Lo que diferencia a la situación actual es la magnitud y la intensidad del descontento, que pone en jaque la estabilidad social y política. Resolver el problema no solo implica reparar redes y ampliar la capacidad energética, sino también recuperar la confianza de una ciudadanía que siente que su paciencia se agotó.