
El Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°56 citó a indagatoria a Cristian Graf, propietario de la vivienda en cuyo jardín fueron hallados los restos de Diego Fernández Lima, un adolescente de 16 años que estaba desaparecido desde 1984.
La audiencia fue fijada para el próximo 17 de octubre a las 10.30, en el marco de la causa que investiga su presunta participación en el encubrimiento del homicidio.
El llamado se conoció luego de que la defensa del imputado expresara la voluntad de declarar para dar explicaciones. Sin embargo, la citación llega con un contexto cargado de tensiones: el fiscal de la causa, Martín López Perrando, ya había presentado un escrito de 29 páginas en el que detalló los motivos de la acusación y reforzó el pedido de indagatoria.
El fiscal sostiene que, tras el hallazgo de los restos óseos, Graf realizó “maniobras unívocas destinadas a encubrir el hecho precedente”. Entre ellas, se enumeran versiones contradictorias e inverosímiles, como la existencia de una iglesia o un establo en el lugar, o la hipótesis de que los huesos habrían llegado en un camión de tierra durante la construcción de la pileta.
De acuerdo con la investigación, el imputado mostró conductas evasivas frente a testigos y autoridades, y recién se interesó en el hallazgo cuando se identificó a la víctima como su excompañero de la Escuela Técnica N°36 “Almirante Brown”, lo que abre la hipótesis de que Diego Fernández Lima pudiera haber llegado voluntariamente a la casa de Congreso al 3700 en aquellos años.
El caso tuvo un giro a mediados de septiembre, cuando el juez Alejandro Litvack había solicitado a la fiscalía mayores precisiones sobre la acusación por “encubrimiento agravado”, con el objetivo de blindar el expediente ante posibles nulidades. Poco después, la defensa de Graf, a cargo del abogado Martín Díaz, pidió el sobreseimiento por considerar “descabellada” la imputación. Sin embargo, tras el nuevo escrito del fiscal, el magistrado rechazó archivar la causa.
Para López Perrando, está probado que Fernández Lima fue asesinado y enterrado en el interior de la finca habitada por Graf y su familia, aunque todavía no se pudo determinar la autoría del crimen. El fiscal remarcó que la reacción del imputado demuestra un “conocimiento previo de la existencia de los restos óseos” y una clara intención de desviar la atención mediante hipótesis falsas.
“El delito encubierto es el homicidio de Diego Fernández. No es posible atribuir aún una autoría determinada, pero sí resulta claro que ocurrió dentro de la vivienda donde se encontraron los restos”, subrayó el representante del Ministerio Público Fiscal.
En su dictamen, agregó que la sola presencia del cuerpo de un adolescente enterrado en el fondo de una casa habitada de manera ininterrumpida por una misma familia durante décadas “resulta suficiente para indagar a sus ocupantes con el objetivo de conocer la verdad sobre el macabro descubrimiento”.