El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva atraviesa una nueva turbulencia política tras la renuncia del ministro de Turismo, Celso Sabino, figura del partido centrista União Brasil. La dimisión, presentada este viernes, refleja el creciente malestar de un sector clave de la coalición que, a juicio de analistas, el presidente no ha sabido contener.
La salida de Sabino no sorprende a quienes seguían de cerca las tensiones entre União Brasil y el Ejecutivo. El distanciamiento ideológico y la falta de diálogo fluido con Lula terminaron por erosionar la relación, mostrando las dificultades de un gobierno que depende de acuerdos precarios y de una coalición cada vez más frágil.
La renuncia de Sabino se convierte en un símbolo del desgaste que enfrenta la administración de Lula. União Brasil, uno de los partidos que daba equilibrio a la coalición, marca con este gesto una clara distancia respecto a la agenda del presidente. Para la oposición, el hecho confirma la incapacidad de Lula de mantener cohesionada su base y anticipa mayores obstáculos para la aprobación de proyectos en el Congreso.
La situación es aún más sensible porque el Ministerio de Turismo no es una cartera menor: el sector es vital para la proyección internacional de Brasil y para la recuperación económica en diversas regiones. La vacancia en este ministerio transmite un mensaje de improvisación y de falta de control en la administración.
La renuncia de Sabino también pone en evidencia la dificultad de Lula para negociar con sectores más moderados. Mientras su discurso insiste en la necesidad de unidad, en la práctica las fricciones internas exponen un Ejecutivo dividido y poco preparado para enfrentar la presión política. La falta de estrategia para contener a União Brasil podría abrir la puerta a más deserciones en el gabinete.
La oposición ha aprovechado la coyuntura para cuestionar la estabilidad del gobierno. Señala que, más allá de los nombres, lo que está en juego es la gobernabilidad de Lula en un contexto donde cada movimiento de su coalición puede convertirse en un nuevo frente de crisis.
Ministro do Turismo, Celso Sabino, confirma que deixará o governo na próxima semana #DIIAC pic.twitter.com/ccKsyrxNK4
— Rádio BandNews FM (@radiobandnewsfm) September 27, 2025
La dimisión de Celso Sabino va más allá de un simple cambio ministerial: es un síntoma de un gobierno debilitado que no logra sostener alianzas ni transmitir solidez política. Lula enfrenta el desafío de recomponer su coalición en un escenario cada vez más hostil, donde sus opositores encuentran argumentos para denunciar la falta de cohesión y de liderazgo firme. Si no logra revertir esta percepción, el presidente corre el riesgo de ver comprometida la eficacia de su mandato y la credibilidad de su proyecto político.