11/11/2025 - Edición Nº1008

Internacionales

Diversificación económica

Botsuana: el plan que promete ciudadanía a cambio de inversión millonaria

29/09/2025 | El gobierno busca atraer inversión extranjera con un esquema de ciudadanía por aporte económico, en medio de la caída de ingresos por diamantes.



El presidente de Botsuana, Duma Boko, anunció el lanzamiento de un programa de ciudadanía por inversión, con el que espera atraer capital extranjero y diversificar la economía de un país altamente dependiente de la exportación de diamantes. La medida surge en un contexto de contracción económica del 3% en 2024 y proyecciones negativas para 2025, debido a la desaceleración del mercado mundial de piedras preciosas.

El plan busca que extranjeros adinerados puedan obtener la ciudadanía botsuana a cambio de aportes financieros significativos destinados a sectores estratégicos como vivienda, turismo, energías renovables, servicios financieros y minería no diamantífera. Estos recursos se integrarán a un fondo soberano creado recientemente para respaldar la diversificación económica, la creación de empleos y el fortalecimiento de empresas estatales.

Un giro más allá de los diamantes

Históricamente, Botsuana ha basado gran parte de su crecimiento en la industria del diamante, pero la volatilidad de los precios internacionales ha expuesto la fragilidad de esta dependencia. El nuevo programa busca reducir ese riesgo, ofreciendo una vía alternativa para financiar el desarrollo y posicionar al país como un destino atractivo para inversores globales.

El gobierno aún no ha definido los montos requeridos para acceder a la ciudadanía, pero firmó un memorándum de entendimiento con la consultora Arton Capital, especializada en programas de residencia y ciudadanía por inversión, para estructurar el esquema. El anuncio marca un paso decisivo en la estrategia de modernización económica de la administración Boko.

Reacciones y preocupaciones

La propuesta ha generado tanto expectativas como cuestionamientos. Por un lado, analistas económicos consideran que el programa puede aportar divisas y dar oxígeno a sectores emergentes. Por otro, críticos advierten sobre el riesgo de que la ciudadanía botsuana se perciba como una mercancía, lo que podría abrir la puerta a problemas de legitimidad, desigualdad social y vulnerabilidades legales.

Además, organizaciones sociales y partidos opositores han reclamado transparencia en los criterios de selección y garantías de que los fondos recaudados se destinarán efectivamente a proyectos que beneficien a la población local, y no a la élite política o empresarial.

El desafío de la implementación

Botsuana se suma así a una tendencia observada en varios países del Caribe, Europa y Oriente Medio, que han abierto programas similares para captar inversión extranjera. Sin embargo, su éxito dependerá de cómo se diseñen los controles y condiciones de acceso, de modo que el programa no se convierta en un simple atajo para millonarios en busca de pasaportes con ventajas diplomáticas.

De lograr un balance adecuado, el esquema podría convertirse en una herramienta estratégica de diversificación económica, consolidando a Botsuana como un país innovador en su modelo de desarrollo. Si fracasa, podría profundizar la desconfianza ciudadana y el estigma internacional hacia los programas de “ciudadanía a la venta”.

Un país pujante 

El proyecto de ciudadanía por inversión representa un giro histórico en la política económica de Botsuana. Aunque ofrece una oportunidad para sortear la crisis del diamante, también plantea serios dilemas sobre soberanía, legitimidad y justicia social. El reto del gobierno será demostrar que esta medida no es un recurso desesperado, sino parte de una estrategia de transformación estructural. La forma en que se implemente definirá si Botsuana logra diversificar su economía o si, por el contrario, queda atrapada en una narrativa de dependencia de capitales externos.

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