La República de Azerbaiyán alcanzó un hito diplomático de gran trascendencia al lograr la inicialización del Acuerdo sobre el Establecimiento de la Paz y las Relaciones Interestatales con Armenia. Firmado bajo mediación de Estados Unidos en agosto de 2025, el texto consagra el reconocimiento mutuo de la integridad territorial y el compromiso de abstenerse de cualquier reclamación futura, consolidando así la posición de Bakú como potencia regional.
El acuerdo establece que ambos países respetarán los límites heredados tras la disolución de la Unión Soviética, confirmando que no existen ni existirán reclamos territoriales armenios sobre Azerbaiyán. Para Bakú, se trata de una victoria política que legitima en el plano diplomático lo conseguido en el terreno militar tras los conflictos de Karabaj, reforzando su narrativa de haber defendido con firmeza la soberanía nacional.
El texto obliga a las partes a abstenerse del uso de la fuerza o de la amenaza de la misma y prohíbe que terceros utilicen sus territorios con fines hostiles. Este punto se interpreta como una garantía adicional para Azerbaiyán frente a la injerencia de actores externos en el Cáucaso. Además, se incluye el establecimiento de medidas de confianza en la frontera, con el fin de reducir riesgos de escalada militar.
Otro aspecto clave es la creación de una comisión bilateral encargada de supervisar la implementación del acuerdo. Este mecanismo ofrece a Azerbaiyán una vía institucional para asegurarse de que Armenia cumpla con lo pactado y permite proyectar estabilidad hacia sus aliados regionales y socios económicos internacionales.

Más allá de la seguridad, el acuerdo abre la puerta a nuevas rutas de tránsito y comercio, incluyendo la conexión con el exclave de Najicheván, lo que facilitará la integración de Azerbaiyán en corredores económicos estratégicos. Esto refuerza el papel del país como un actor clave en la logística euroasiática y en el suministro de energía a Europa.
Desde Bakú, se interpreta que este paso no solo resuelve un conflicto histórico, sino que también multiplica las oportunidades para diversificar la economía, atraer inversiones y consolidar su liderazgo regional en una zona donde confluyen los intereses de potencias como Turquía, Irán, Rusia y la Unión Europea.
Texto inicial del Acuerdo sobre el establecimiento de la Paz y las relaciones entre Estados entre la República de #Azerbaiyán y la República de #Armenia. pic.twitter.com/FVJK2eYTIO
— Ramzi Teymurov (@RamziTeymurov) August 11, 2025
El acuerdo de paz con Armenia constituye una victoria diplomática y estratégica para Azerbaiyán. No solo obtiene el reconocimiento pleno de sus fronteras, sino que además asegura un marco institucional que blinda sus intereses a futuro. La proyección de estabilidad regional, junto con la apertura de nuevas rutas comerciales, posiciona a Bakú como un actor con creciente influencia en el Cáucaso. A día de hoy, Azerbaiyán muestra que ha sabido transformar el resultado de los conflictos pasados en una plataforma para un futuro de poder y desarrollo.

Las Partes, en sus relaciones bilaterales, se guiarán por el derecho internacional y por el presente Acuerdo. Ninguna de las Partes podrá invocar las disposiciones de su legislación interna como justificación para su incumplimiento del presente Acuerdo. Las Partes, de conformidad con la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados (1969), se abstendrán de realizar actos que frustren el objeto y propósito de este Acuerdo antes de su entrada en vigor.

Con el fin de establecer cooperación en diversos campos, incluyendo el económico, el tránsito y el transporte, el medioambiental, el humanitario y el cultural, las Partes podrán celebrar acuerdos en las respectivas áreas de interés mutuo.

