
El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, cuestionó con dureza la reciente baja de retenciones impulsada por el Gobierno nacional. Según advirtió, lejos de favorecer al productor, la medida terminó beneficiando a las grandes agroexportadoras, lo que generó un “malestar muy importante” en el campo.
Pullaro señaló que la medida se anunció como un alivio para los productores, pero que en la práctica “muy pocos pudieron aprovecharla”. “No podés anunciar un beneficio para el productor y que ese beneficio sea para las agroexportadoras”, remarcó, evidenciando la decepción que se generó en la provincia más agrícola del país.
El santafesino también desestimó el argumento oficial sobre el llamado “riesgo kuka”. “Es un relato. El kirchnerismo es una etapa superada, no va a volver a la Argentina”, dijo, posicionando a Provincias Unidas como una alternativa “racional y sensata”. El objetivo, según detalló, es consolidar un bloque de al menos 20 diputados para impulsar reformas fiscal, laboral y previsional.
Pullaro no se limitó al tema impositivo. También criticó la gestión nacional por estar “concentrada en variables macro que desatienden el Estado”. En ese sentido, denunció el abandono de las rutas nacionales en Santa Fe y reclamó una deuda mensual de 20.000 millones de pesos con la caja de jubilaciones provincial, al tiempo que relativizó la importancia del giro de 3.000 millones en ATN.
Con la mira en la disputa de poder entre Buenos Aires y las provincias, Pullaro acusó a la administración de Javier Milei de tener una visión “porteñocéntrica”. “Al AMBA le va a ir mejor si gana un Presidente que no tenga esa matriz; la salida exige mirar al interior productivo”, advirtió.
De este modo, el gobernador santafesino se posiciona no solo como crítico de las medidas del Gobierno, sino también como uno de los principales voceros de un reclamo cada vez más extendido en el interior productivo: un federalismo real que reparta beneficios y no privilegios.