
El desembarco de José Luis Espert en Tres Arroyos terminó en un verdadero traspié político. El postulante de Javier Milei dio marcha atrás con un acto proselitista y quedó bajo la lupa por una denuncia: se lo menciona como receptor de 200.000 dólares de Federico “Fred” Machado, empresario argentino con pedido de extradición en Estados Unidos por narcotráfico y fraude.
La explicación oficial habló de “temas personales”, pero el contexto en la provincia mostraba otra realidad. Ese mismo fin de semana, un frigorífico, una fábrica de herrajes y un local de neumáticos despidieron a 150 trabajadores en simultáneo. Con el enojo social en aumento y las acusaciones, Espert eligió replegarse y dejó a Diego Santilli recorriendo en soledad la sexta sección electoral.
El libertario además atraviesa semanas de turbulencia. Tras la filtración de audios de Diego Spagnuolo, armador de confianza de Milei en la provincia, el primer candidato a diputado nacional redujo al mínimo su exposición: pocas entrevistas en medios aliados y escasa presencia en el territorio, un repliegue que alimenta las dudas internas sobre la campaña.
A su vez, la investigación internacional por tráfico de drogas, lavado de dinero y maniobras en la industria aeronáutica —que en Estados Unidos derivó en la condena de Debra Lynn Mercer-Erwin— sumó ahora un capítulo local. En el expediente texano figura un asiento contable que consigna un pago de US$ 200.000 a nombre de Espert, fechado el 1° de febrero de 2020. Ese documento fue incorporado a una denuncia penal presentada en la Argentina, que pide indagar si existieron ingresos no declarados y eventuales operaciones de blanqueo.
Las críticas no tardaron en aparecer y la tensión también se reflejó en imágenes. El cartel de bienvenida a Tres Arroyos apareció vandalizado con el número tres tachado, en alusión directa a Karina Milei. Una postal que circuló con fuerza en redes y condensó el rechazo social a La Libertad Avanza.
El oficialismo libertario intenta minimizar el tema, pero la crisis ya impacta en su relato de pureza política. Entre promesas incumplidas como la efímera “retención cero”, acusaciones de financiamiento espurio y un clima económico recesivo, la campaña se enreda en un terreno pantanoso.
La gran incógnita es cuánto podrá resistir Espert a esta tormenta. Por lo pronto, la sospecha quedó instalada.