01/10/2025 - Edición Nº967

Internacionales

Liderazgo cuestionado

El distanciamiento de Petro y EE.UU.: ¿qué significa para Colombia?

29/09/2025 | Los discursos encendidos del presidente colombiano en Nueva York reavivan dudas sobre su estrategia global y su relación con Estados Unidos.



El presidente Gustavo Petro volvió a generar controversia durante su paso por Nueva York, en el marco de la Asamblea General de la ONU. Sus discursos en la calle, cargados de referencias históricas y críticas al orden mundial, reflejaron su intención de proyectarse como un líder de talla internacional. Sin embargo, su estilo confrontativo ha despertado cuestionamientos tanto dentro como fuera del país.

Mientras Petro insiste en construir un relato épico, apelando a símbolos como la espada de Bolívar y a consignas de resistencia, sectores políticos y empresariales advierten que esta estrategia genera más ruido que resultados. Para ellos, la grandeza en la política exterior no se alcanza con arengas, sino con capacidad de articular consensos y mostrar estabilidad interna.

Contrastes con otros liderazgos

Líderes como José Mujica en Uruguay o Lula da Silva en Brasil alcanzaron proyección global a partir de una combinación de sencillez y pragmatismo. Mujica supo dar confianza a la inversión extranjera sin dejar de lado sus convicciones, mientras Lula construyó puentes con distintos sectores y evitó polarizar en exceso durante sus primeros gobiernos.

El contraste es evidente cuando se observa a Petro, quien con frecuencia abre nuevos frentes de conflicto, tanto con sectores empresariales como con gobiernos aliados. Incluso su reciente distanciamiento con Estados Unidos, tras la revocatoria de su visa, revela un deterioro en la relación bilateral que puede tener costos concretos en materia de cooperación e inversión.

El espejo español

Otro referente citado por los críticos es Felipe González, expresidente español que transformó el país con una agenda de modernización basada en el pragmatismo y en la idea de cambio como política de Estado. González logró reconocimiento internacional al tiempo que garantizó estabilidad y crecimiento en su nación.

Petro, en cambio, parece más preocupado en sostener su batalla simbólica que en asegurar un marco de confianza duradero. Su insistencia en recurrir a Twitter como plataforma central de comunicación política refuerza la percepción de que prioriza el impacto inmediato sobre la construcción de un proyecto de largo aliento.

Consecuencias internas y externas

En el plano interno, su retórica mantiene cohesionada a la base militante que ve en él un líder capaz de desafiar a las potencias y denunciar injusticias globales. No obstante, sectores moderados y empresariales temen que este camino profundice la división y reduzca el margen de maniobra para impulsar reformas económicas estables.

A nivel internacional, la apuesta por un discurso de confrontación podría aislar a Colombia en escenarios clave. El debilitamiento del vínculo con Washington, unido a una agenda que se acerca a posiciones más contestatarias en la región, complica la posibilidad de obtener beneficios concretos en materia de inversión y cooperación multilateral.

Un deseo personal 

La búsqueda de grandeza internacional de Gustavo Petro enfrenta un dilema central: el estilo que le permite mantener encendida a su base política es el mismo que limita su capacidad de convertirse en un referente global respetado. Mientras insiste en gestos simbólicos y en la confrontación, otros líderes de la región alcanzaron reconocimiento con pragmatismo y resultados concretos.

De mantenerse esta estrategia, es probable que Petro refuerce su imagen de líder contestatario, pero con crecientes costos diplomáticos y económicos para Colombia. La historia reciente muestra que el verdadero liderazgo internacional se construye sobre consensos, estabilidad y confianza, elementos que aún parecen ausentes en el proyecto del mandatario colombiano.