05/10/2025 - Edición Nº971

Internacionales

Naturaleza retratada

Chile celebra su primer Gran Premio en fotografía de aves: el secreto detrás

30/09/2025 | El fotógrafo y biólogo marino chileno obtuvo el máximo galardón en EE.UU. con una imagen lograda tras horas de espera paciente en un humedal de Los Ríos.



El chileno Felipe Toledo, de 31 años, se convirtió en el primer compatriota en ganar el Gran Premio de los Audubon Photography Awards, uno de los certámenes más prestigiosos de fotografía de aves en el mundo. La imagen que lo llevó a lo más alto muestra a un martín pescador grande emergiendo del agua en el Parque Saval, en Valdivia, tras varios intentos de pesca fallidos. El logro marca un antes y un después en la visibilidad internacional de la fotografía de naturaleza en Chile.

Toledo, biólogo marino de formación y fotógrafo autodidacta, asegura que la clave de su trabajo es “ser parte del paisaje”, es decir, permanecer quieto e invisible para no alterar la conducta de los animales. La toma ganadora fue posible solo en el sexto intento del ave, lo que exigió paciencia, concentración y un profundo respeto por el entorno natural. Su filosofía busca que las imágenes transmitan emoción y claridad científica al mismo tiempo.

El camino a la fotografía premiada

El Parque Saval, en la ciudad de Valdivia, es un espacio de humedales urbanos donde la biodiversidad se manifiesta a pocos metros de la vida cotidiana. Allí, Toledo observó durante semanas a una pareja de martines pescadores, hasta anticipar sus movimientos y obtener la captura precisa. La escena premiada se convirtió en símbolo de la relación entre la paciencia del observador y la fuerza instintiva de la naturaleza.

El concurso organizado por la National Audubon Society abrió en 2025 la participación a Chile y Colombia, lo que permitió que Toledo compitiera por primera vez. Su victoria no solo es un hito personal, sino también un reconocimiento al potencial de la fotografía de conservación en América Latina, un campo que busca traducir ciencia en imágenes comprensibles y conmovedoras para el público.

Más allá de las aves

Aunque las aves ocupan gran parte de su portafolio, Toledo ha trabajado también con otros animales. En la primavera de 2024 documentó el canto reproductivo de la rana chilena (Calyptocephalella gayi), la especie anfibia más grande de Sudamérica. Para lograrlo, pasó semanas junto a las lagunas, inmerso en la vida del ecosistema y registrando escenas que suelen pasar desapercibidas.

Su trayectoria comenzó en 2018, cuando viajó a la Patagonia con una cámara prestada y descubrió la fuerza de la imagen para contar historias sobre biodiversidad. En pocos años pasó de ser un estudiante de biología marina a un fotógrafo capaz de obtener reconocimientos internacionales. Ese recorrido consolidó su convicción de que la fotografía no es solo arte, sino también una herramienta de educación y conservación.

Humedales invisibles

Uno de los temas que más preocupa a Toledo es la escasa valoración social de los humedales, ecosistemas ricos en biodiversidad pero a menudo ignorados en las políticas públicas. La mayoría de la gente distingue mares, ríos o lagos, pero no reconoce el valor de un humedal como espacio único. Para revertir esa indiferencia, impulsa un proyecto de documental que aún espera financiamiento y que busca darle nombre y rostro a estos espacios vitales.

En paralelo, trabaja como independiente colaborando con organizaciones como el WWF y ofreciendo charlas de divulgación. Su objetivo es acercar la ciencia a la ciudadanía con un lenguaje claro, alejado de tecnicismos, convencido de que la educación ambiental es más efectiva cuando se apoya en recursos visuales. “Una buena foto puede cambiar más que un paper”, resume con convicción.

En una gran ocasión 

El triunfo de Felipe Toledo en el Audubon Photography Awards representa más que un premio individual: es la entrada de Chile en un circuito internacional de conservación visual que hasta ahora miraba poco hacia América Latina. Su método, basado en la paciencia y el respeto, desafía la lógica de inmediatez y recuerda que la naturaleza requiere tiempo y atención.

De cara al futuro, el reto será transformar este reconocimiento en impulso concreto para la protección de los humedales y la biodiversidad chilena. Si logra articular apoyos institucionales y mantener la conexión con el público, la fotografía de Toledo puede convertirse en un catalizador de cambio cultural y ambiental en la región.