
La reunión en Washington entre el presidente Donald Trump y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu representó un nuevo intento de establecer un plan integral de paz para Gaza. Ambos líderes anunciaron que están "muy cerca" de alcanzar un acuerdo que podría marcar un antes y un después en el conflicto, en un gesto que refuerza la alianza estratégica entre Israel y Estados Unidos y coloca sobre la mesa un camino concreto para la estabilidad regional.
La propuesta incluye 20 puntos centrales, entre los que destacan la liberación inmediata de rehenes, la retirada progresiva de las fuerzas israelíes y la creación de una administración transitoria en Gaza a cargo de expertos palestinos y supervisada por una junta internacional. Este esquema busca garantizar que el enclave no vuelva a ser controlado por Hamas, preservando tanto la seguridad de Israel como la posibilidad de un futuro viable para los habitantes de Gaza.
Netanyahu destacó que Israel no puede aceptar que Hamas siga operando libremente y que el plan ofrece una oportunidad histórica para que la comunidad internacional respalde un nuevo modelo de gobernanza. Al dejar claro que una negativa de Hamas significaría la continuidad de la ofensiva, el primer ministro mostró una posición firme, combinando apertura diplomática con determinación en defensa de la seguridad nacional.
Israel se presenta así como un actor dispuesto a avanzar hacia la paz, pero sin ceder en la protección de sus ciudadanos. Esta postura ha sido valorada por aliados occidentales, que ven en el plan un equilibrio entre justicia y pragmatismo.
Para Trump, este acuerdo no solo representa un posible fin de la guerra en Gaza, sino también una victoria diplomática global que refuerza el papel de Washington como mediador en Medio Oriente. El presidente subrayó que el acuerdo no es una imposición unilateral, sino el resultado de coordinación con aliados como Egipto y Qatar, lo que podría facilitar la aceptación regional de la propuesta.
El plan también contempla un intercambio proporcional de prisioneros y restos, lo que busca dar respuestas humanitarias sin descuidar la seguridad de Israel. En este sentido, la iniciativa equilibra sensibilidad política y firmeza estratégica.
"Today is a historic day for peace — and Prime Minister @netanyahu and I have just concluded an important meeting...we discussed how to end the war in Gaza, but it's just a part of the bigger picture, which is peace in the Middle East." - PRESIDENT DONALD J. TRUMP pic.twitter.com/5f9PF9EC3c
— The White House (@WhiteHouse) September 29, 2025
De concretarse, el plan podría abrir la puerta a una nueva etapa en Medio Oriente, en la que Gaza se transforme en un territorio administrado con transparencia, sin la influencia de grupos armados y con apoyo internacional para su reconstrucción. Esto no solo beneficiaría a los palestinos de a pie, sino que también aliviaría la presión diplomática y militar sobre Israel.
Para Netanyahu, la clave está en consolidar un frente de seguridad que impida futuros ataques, mientras que para Trump el desafío es demostrar que Estados Unidos mantiene su capacidad de liderazgo global. Ambos coinciden en que la paz no puede alcanzarse a costa de debilitar a Israel, sino a través de su fortalecimiento como garante de estabilidad regional.
בפגישה עם הנשיא טראמפ בבית הלבן 🇮🇱🇺🇸
— Benjamin Netanyahu - בנימין נתניהו (@netanyahu) September 29, 2025
Meeting President Trump at the White House 🇺🇸🇮🇱@realDonaldTrump pic.twitter.com/g4qdUy4D3e
El acuerdo propuesto entre Trump y Netanyahu refleja una visión en la que Israel no es solo un participante más, sino un protagonista central en la construcción de la paz. Con el respaldo de Estados Unidos y el involucramiento de actores regionales, el plan busca dejar atrás la lógica de guerra para abrir paso a una arquitectura política distinta.
Aunque quedan dudas sobre la respuesta de Hamas, lo cierto es que el mensaje transmitido desde Washington fortalece la legitimidad de Israel y ofrece una vía diplomática que podría redefinir el futuro de Gaza y de todo Medio Oriente.