
La actividad se frustró ante la escasa convocatoria —apenas un centenar de personas se acercó a la puerta de su hotel— y las múltiples manifestaciones que se desplegaron en distintos puntos de la ciudad.
Según relataron testigos a Noticias Argentinas, la agenda presidencial quedó reducida a un improvisado saludo de apenas cinco minutos. Con un megáfono en mano, Milei dirigió unas breves palabras a los militantes presentes y luego partió rápidamente hacia el aeropuerto, evitando la caminata por las calles céntricas de San Martín y Don Bosco.
La expectativa del oficialismo era reeditar la mística de la campaña, pero la respuesta popular fue muy inferior a lo esperado. En paralelo, organizaciones sociales y políticas protagonizaron marchas y concentraciones en distintos sectores de la capital fueguina, en abierto rechazo a las políticas del Gobierno nacional.
El contraste entre la baja movilización oficialista y la intensidad de las protestas terminó marcando la visita presidencial, que concluyó de forma abrupta y sin el respaldo masivo que se había planificado.
ND