01/10/2025 - Edición Nº967

Internacionales

Seguridad regional

Rutas terrestres en la mira: el plan de Trump que cambia el juego

30/09/2025 | El presidente estadounidense endurece su ofensiva antidrogas y advierte que tras hundir lanchas en el Caribe, el próximo objetivo serán las rutas por tierra.



El presidente de Estados UnidosDonald Trump, advirtió que su gobierno comenzará a vigilar de forma “muy seria” a los carteles venezolanos por tierra, un anuncio que marca un giro en la estrategia antidrogas. Después de semanas de ataques contra embarcaciones sospechosas en el Caribe, Trump sostuvo que la vía marítima ha quedado cerrada y que el reto inmediato se concentra en las rutas terrestres.

El mensaje fue transmitido desde Washington, tras una reunión con mandos militares, en un contexto de creciente tensión con el gobierno de Nicolás Maduro. El líder republicano afirmó que los carteles venezolanos utilizan pasos fronterizos para expandir sus operaciones y que, de ser necesario, Estados Unidos aplicará acciones directas para neutralizarlos.

Cambio de foco

La estrategia de Trump había estado centrada en el ataque a “narcolanchas” en el Caribe, operaciones que derivaron en el hundimiento de al menos tres embarcaciones y en la muerte de varios tripulantes. Según sus declaraciones, desde entonces “no ha entrado droga por vía acuática”, aunque esa afirmación no ha sido verificada de manera independiente.

Ahora, el énfasis se desplaza hacia las rutas terrestres que cruzan las fronteras venezolanas con Colombia, Brasil y Guyana, y que sirven como corredores hacia Centroamérica y el Caribe. La idea de aplicar medidas más agresivas en esas zonas despierta preocupación sobre un potencial incremento del conflicto regional.

Reacciones de Caracas 

El gobierno de Maduro rechazó de inmediato las declaraciones, acusando a Washington de buscar un pretexto militar para intervenir en Venezuela. La vicepresidenta Delcy Rodríguez incluso advirtió que el país podría declarar un estado de emergencia si se concretan acciones que violen su soberanía.

Caracas sostiene que sus propios cuerpos de seguridad han decomisado toneladas de droga y acusa a Trump de fabricar una narrativa política destinada a justificar sanciones y presiones internacionales. Para el oficialismo, detrás del discurso antidrogas se esconden intereses sobre los recursos naturales venezolanos.

Riesgos regionales 

Un eventual despliegue terrestre o ataques selectivos con drones elevarían el riesgo de incidentes fronterizos. Países como Colombia y Brasil, que comparten límites con Venezuela, podrían verse involucrados indirectamente, ya sea por desplazamientos de población o por la necesidad de reforzar la seguridad en sus territorios.

Además, existe el desafío del derecho internacional, ya que cualquier acción militar dentro de un Estado soberano sin autorización puede ser considerada una violación grave. Esto podría abrir un debate en organismos multilaterales como la ONU y la OEA, que suelen mediar en disputas de esta naturaleza.

Posibles escenarios 

De acuerdo con analistas, lo más probable es que Estados Unidos opte por operaciones limitadas y selectivas más que por una incursión militar prolongada. El uso de drones para destruir laboratorios o atacar a líderes criminales se considera un escenario con alta probabilidad en las próximas semanas.

En cambio, la posibilidad de una invasión terrestre abierta es vista como lejana, aunque no completamente descartada. Las repercusiones humanitarias, diplomáticas y económicas de una acción de ese tipo serían difíciles de sostener para Washington.

Acción ante el crimen 

El anuncio de Trump refuerza su estrategia de proyectar mano dura contra el narcotráfico y al mismo tiempo enviar un mensaje político hacia su electorado interno. La narrativa de que Estados Unidos está combatiendo enérgicamente el tráfico de drogas refuerza su imagen de liderazgo firme.

Sin embargo, la escalada verbal y las acciones militares en la región plantean un escenario complejo. Entre el riesgo de incidentes fronterizos y las tensiones diplomáticas, el paso de la ofensiva marítima a la vigilancia terrestre abre un capítulo de incertidumbre que podría redefinir la relación entre Washington y Caracas en los próximos meses.