El gobierno de Nicaragua anunció la culminación de la primera etapa del proyecto para levantar un Centro de Medicina Nuclear, en alianza con la corporación estatal rusa Rosatom. La obra, impulsada a través del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), es presentada como una apuesta en la lucha contra el cáncer, pero ya genera preocupación por los costos y la falta de claridad en su financiamiento. Diversos analistas advierten que Managua intenta proyectar fortaleza sanitaria mientras enfrenta carencias estructurales en su sistema de salud.
El anuncio se centró en el cierre del estudio de prefactibilidad, una fase que debería definir alcance, costos iniciales y estándares de seguridad. Sin embargo, las autoridades no han revelado detalles sobre el presupuesto total ni sobre el origen de los fondos. La llegada de equipos técnicos de Rosatom está prevista para enero de 2026, pero persisten dudas sobre si el país podrá sostener un proyecto de esta magnitud sin comprometer recursos de otras áreas prioritarias.
El plan contempla dos áreas: la atención clínica con radiofármacos y la producción de isótopos radiactivos mediante un ciclotrón. Oficialmente, se promete un diagnóstico más preciso y terapias personalizadas, además de independencia frente a las importaciones. No obstante, expertos en salud pública alertan que Nicaragua carece del personal médico nuclear suficiente y que formar nuevos especialistas podría tardar años, retrasando el impacto real del proyecto.
El discurso oficial insiste en que el centro también servirá como espacio de capacitación y transferencia tecnológica, pero críticos señalan que esta narrativa se repite en otros proyectos de cooperación que nunca alcanzaron los objetivos prometidos. La pregunta central sigue siendo si el país podrá realmente sostener una infraestructura tan costosa y especializada.
Según lo informado, el equipo técnico de Rosatom arribará en enero de 2026 para avanzar en la instalación de los equipos. Aunque el gobierno habla de un despliegue gradual de servicios, no existe una fecha clara de inicio. Observadores subrayan que Nicaragua depende cada vez más de su relación con Moscú, lo que plantea interrogantes sobre la dependencia política y tecnológica que este proyecto podría profundizar.
El presidente del INSS, Roberto López, afirmó que la alianza con Rosatom dará acceso a tecnología de última generación. Sin embargo, organizaciones independientes reclaman mayor transparencia y advierten que el secretismo alrededor del proyecto alimenta sospechas de que el gobierno busca capital político más que soluciones reales de salud.
Oficialmente, el centro pretende convertirse en un hub regional oncológico, reduciendo derivaciones al extranjero. Pero críticos sostienen que la prioridad debería ser fortalecer la infraestructura hospitalaria básica, hoy marcada por escasez de insumos y medicamentos. Invertir en un proyecto de alta complejidad mientras hospitales públicos enfrentan déficits elementales genera escepticismo entre médicos y pacientes.
Entre los retos más urgentes se encuentran la formación de especialistas, la seguridad radiológica y la gestión de residuos. A ello se suma la incertidumbre financiera, ya que no está claro cómo se cubrirán los costos de mantenimiento y reposición de insumos en el largo plazo.
Si bien la producción local de isótopos podría beneficiar a la región, también es cierto que Nicaragua enfrenta limitaciones técnicas y administrativas para consolidarse como proveedor confiable. Países vecinos han mostrado cautela, conscientes de que los estándares internacionales de seguridad y calidad son difíciles de garantizar en un entorno donde la institucionalidad está debilitada.
La falta de información oficial sobre el costo anual de operación y la ausencia de mecanismos de rendición de cuentas profundizan las dudas. Sin una gestión transparente, el proyecto corre el riesgo de convertirse en un elefante blanco que sirva más a la propaganda que a los pacientes.
🇷🇺🇳🇮 "Se atenderá a pacientes de toda Latinoamérica": ministro de Seguridad Social de Nicaragua comparte detalles sobre un gran proyecto ruso-nicaragüense de medicina nuclear
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) September 28, 2025
Hace un par de años el país centroamericano está trabajando con la corporación estatal rusa Rosatom para… pic.twitter.com/1AZP2yedKk
El proyecto del Centro de Medicina Nuclear en Nicaragua se presenta como una apuesta ambiciosa, pero arrastra incertidumbres económicas, técnicas y políticas. Con el respaldo de Rosatom, el gobierno intenta proyectar modernización, aunque la probabilidad de éxito pleno es incierta si no se resuelven problemas de financiamiento, capacitación y credibilidad institucional.
En definitiva, más allá de la retórica oficial, el desafío será demostrar que este centro no es solo un símbolo propagandístico, sino una infraestructura sostenible y eficaz. Por ahora, la desconfianza pública y la falta de transparencia inclinan la balanza hacia el escepticismo más que hacia la esperanza.