
Amadeo Genta vuelve a quedar en el centro de la polémica. Esta vez, por la presentación de dos listas distintas de la misma agrupación oficialista, en un proceso que la oposición califica como “una trampa para viciar de irregularidades la elección”.
Según consta en la denuncia, el 19 de agosto se presentó en SUTECBA la lista original de candidatos de la Azul y Blanca, con firmas de los postulantes, que fue exhibida en la cartelera sindical sin certificación notarial. Sin embargo, días después apareció en la Justicia una segunda versión: un juego de planillas certificadas por escribano, pero con el orden de candidatos alterado y sin las firmas correspondientes.
Según consta en los documentos, el “reordenamiento” fue realizado el 25 de agosto por el apoderado de la lista, fuera de plazo y sin aval de los propios candidatos. Así, hoy conviven dos listas diferentes de la misma agrupación, lo que plantea una gravísima irregularidad y abre la puerta a la judicialización del proceso.
La denuncia no se limita a lo administrativo. Para la oposición, el trasfondo es claro: Amadeo Genta busca perpetuarse en el poder de cualquier manera. Con más de 40 años al frente de SUTECBA, su conducción ha sido cuestionada reiteradamente por la falta de transparencia y la ausencia de elecciones internas limpias.
“El oficialismo demuestra que está dispuesto a todo con tal de seguir aferrado al sillón. Es un atropello a los afiliados y a la democracia sindical”, sostienen desde los sectores que exigen elecciones legítimas.
En contraposición a la figura de Genta, emergen dirigentes como Carlos Elías, quien se presenta como un referente de la renovación dentro del sindicato.
“La trampa con las listas no solo es un fraude institucional, también es un mensaje para quienes quieren transformar el sindicato: que las reglas del juego están siempre torcidas a favor del oficialismo”, remarcan desde su espacio.
El episodio vuelve a poner en la lupa a un gremio clave para la administración porteña, en el que la falta de alternancia y las maniobras del oficialismo alimentan un clima de desconfianza entre los afiliados.
La Justicia deberá resolver si anula el proceso o lo obliga a corregirse, pero el daño ya está hecho: SUTECBA enfrenta otra elección marcada por la sombra del escándalo y la sospecha de fraude.