Cada 2 de octubre se conmemora el Día Internacional de la No Violencia, fecha establecida en honor al nacimiento de Mahatma Gandhi, quien sostenía que la no violencia no era pasividad, sino la fuerza más poderosa de transformación social. Hoy, su legado se actualiza a través de propuestas pedagógicas que buscan dar respuestas a una generación atravesada por la ansiedad, la presión social y la falta de recursos emocionales.

En Argentina, más del 65% de los adolescentes sufrió o conoce a alguien que padeció bullying, una problemática que no se limita a la agresión física, sino que incluye el acoso verbal, psicológico y sexual. La violencia escolar suele dejar marcas profundas y permanentes en las víctimas, mientras que muchos docentes y directivos reconocen no contar con herramientas para abordar estos conflictos.
Frente a este escenario, expertos en educación señalan la necesidad de incorporar programas de educación social, emocional y contemplativa, que enseñen a los jóvenes a gestionar emociones como el enojo, la frustración o la tristeza.

Diferentes organizaciones desarrollan programas que incluyen técnicas de respiración rítmica y meditación adaptadas para adolescentes y docentes. Estas prácticas, avaladas por estudios científicos, ayudan a reducir el estrés y la agresividad: la respiración consciente activa el sistema nervioso parasimpático, disminuyendo hormonas como el cortisol, mientras que la meditación fortalece la corteza prefrontal, clave para el autocontrol y la toma de decisiones.
Las escuelas que implementan estas herramientas reportan menos conflictos entre estudiantes, mejoras en la concentración, mayor autoestima y un mejor clima institucional. Para los jóvenes, el beneficio central es la creación de un “espacio de pausa”: ese instante entre el estímulo y la reacción que permite decidir si responder con violencia o con calma.

Los especialistas coinciden en que enseñar a un adolescente a detenerse y respirar conscientemente no solo le brinda un recurso en situaciones de conflicto, sino que construye una habilidad emocional que lo acompañará toda la vida. En palabras inspiradas por Gandhi, el cambio social comienza con la transformación individual, y hoy esa transformación puede empezar con algo tan simple como una respiración consciente.