
Sean Astin, reconocido por su papel como Sam Gamyi en El señor de los anillos y recientemente elegido presidente de SAG-AFTRA, ha tomado una postura firme ante la controversia generada por Tilly Norwood, una "actriz" creada mediante inteligencia artificial. Este caso ha desatado un debate en la industria del entretenimiento sobre el uso de la IA en la actuación, poniendo en el centro de la discusión los derechos de los actores reales y las implicaciones éticas y laborales de esta tecnología emergente.
“Aprecio que esta historia haya capturado la imaginación de las personas, pero no es el primer problema que enfrentamos. Tuvimos una huelga de 118 días, luchando arduamente para establecer provisiones y protecciones sobre la IA”, afirmó Astin. El sindicato buscó anticiparse a los desafíos que la IA planteaba, asegurando que los actores no sean reemplazados ni explotados por tecnologías que podrían replicar sus interpretaciones sin su consentimiento.
Sean Astin también hizo hincapié en la relación simbiótica entre los actores y las agencias de talento, subrayando la necesidad de un diálogo constructivo para garantizar que ambas partes se beneficien. “Nuestro acuerdo con la ATA es importante, y esperamos tener una conversación saludable y constructiva con las agencias para asegurarnos de seguir ayudándonos mutuamente”, señaló. Esta declaración tiene que ver con la guerra que se desató entre agencias que quieren quedarse con la representación de Tilly Norwood.
El presidente de SAG-AFTRA resaltó la ventaja competitiva de los actores humanos frente a las creaciones de IA. “Con respecto a la IA, tenemos una cantidad extraordinaria de influencia, porque el público quiere ver a verdaderos intérpretes humanos en películas, programas de televisión, animaciones, videojuegos, audiolibros y en todas las demás formas en que representamos a nuestros miembros”, afirmó Astin.