04/10/2025 - Edición Nº970

Internacionales

Reforma militar

Pete Hegseth detalla la nueva estrategia militar de Estados Unidos

02/10/2025 | Con la creación simbólica del "Departamento de Guerra", el presidente y su secretario de Defensa proponen un ejército centrado en la disciplina.



El presidente Donald Trump y su secretario de Defensa, Pete Hegseth, han lanzado un mensaje contundente sobre el futuro de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos: se acabó la era del “Departamento de Defensa Woke” y comienza la etapa del Departamento de Guerra. Con esta medida simbólica, buscan enviar un mensaje de firmeza, disciplina y claridad en los objetivos militares: preparar un ejército para ganar guerras, no para debatir sobre corrección política.

En un encuentro con cientos de generales y almirantes, Hegseth detalló la visión de un ejército compuesto por “guerreros y no defensores”, donde el profesionalismo y la preparación física vuelven a ser ejes centrales. "O haces el trabajo de manera disciplinada y en forma, o te vas", resumió. Con ello, plantean recuperar estándares exigentes que, según los nuevos lineamientos, se habían relajado en años recientes.

Disciplina y estándares físicos

Una de las propuestas más destacadas es la exigencia de mayor disciplina y condición física en los soldados. Hegseth criticó las formaciones de combate donde, según él, "se veían soldados fuera de forma". La nueva línea apunta a garantizar que cada militar cumpla estándares estrictos, reforzando la idea de que la fortaleza física es inseparable de la fortaleza moral y estratégica.

Este enfoque también incluye la eliminación de políticas internas que, en palabras del secretario, desviaban la atención de la misión principal de las Fuerzas Armadas: estar preparadas para la guerra y para la victoria. La retórica apunta a terminar con la burocracia y con programas que, a juicio del gobierno, priorizaban agendas ideológicas sobre la efectividad militar.

Un mensaje hacia dentro y hacia fuera

El regreso al concepto de Departamento de Guerra es también un mensaje simbólico hacia los adversarios externos de Estados Unidos. Trump y Hegseth buscan transmitir que las Fuerzas Armadas no están diseñadas para la complacencia, sino para la disuasión y la victoria. En un mundo marcado por la competencia geopolítica, este cambio de enfoque fortalece la percepción de Estados Unidos como potencia que no duda en defender sus intereses.

Dentro del país, la medida ha sido bien recibida por sectores que pedían un retorno a valores tradicionales de orden y disciplina en la institución militar. Para ellos, el ejército debe ser ejemplo de profesionalismo y sacrificio, alejado de debates ideológicos que no corresponden a la misión central de la defensa nacional.

Los mejores del mundo 

El giro impulsado por Trump y Hegseth marca un antes y un después en la política de defensa estadounidense. La apuesta por recuperar el orgullo, la fuerza y la disciplina militar refuerza el papel del ejército como garante de seguridad y proyección de poder. Lejos de las discusiones internas, el mensaje es claro: Estados Unidos debe contar con Fuerzas Armadas temidas por sus enemigos y respetadas por sus aliados.