
En un gesto diplomático de gran simbolismo, la Alianza Interparlamentaria sobre China (IPAC) en América Latina emitió un comunicado en apoyo a la República de China (Taiwán). El documento recalca que la Resolución 2758 de la ONU (1971) no establece la soberanía de la República Popular China sobre Taiwán ni restringe su derecho a participar en organismos internacionales. Con este pronunciamiento, los parlamentarios latinoamericanos subrayan la urgencia de corregir la exclusión de los 23,5 millones de taiwaneses de los órganos de la ONU.
El comunicado sostiene que América Latina, como continente que defiende los valores democráticos y las libertades de sus pueblos, no puede permanecer indiferente cuando se vulneran derechos de participación y representación. Los firmantes remarcan que cuando un pueblo eleva pacíficamente su voz en busca de paz y libertad, la comunidad internacional tiene la obligación moral de escuchar y respaldar sus demandas.
Los parlamentarios enfatizan que la Resolución 2758 fue diseñada para reconocer el derecho de la República Popular China a ocupar el escaño de China en la ONU, pero no consagró el principio de “Una Sola China” como doctrina de derecho internacional. Por lo tanto, no hay impedimentos legales para que Taiwán pueda integrarse a agencias de Naciones Unidas y a organizaciones internacionales. La falta de participación activa de la isla, afirman, representa una injusticia histórica que debe ser subsanada.
En este sentido, se impulsará en los congresos latinoamericanos una resolución que reconozca explícitamente que la exclusión de Taiwán es arbitraria y que el principio de autodeterminación debe aplicarse también a los taiwaneses.
El respaldo latinoamericano a Taiwán marca un hito en la política exterior de la región. Por un lado, muestra la disposición de los países democráticos de América Latina a fortalecer alianzas con actores que comparten valores de libertad, pluralismo y respeto a los derechos humanos. Por otro, envía un mensaje claro a la comunidad internacional: no se puede seguir ignorando la voz de millones de ciudadanos que buscan representación legítima.
La iniciativa también refleja una creciente preocupación por el avance de la influencia china en la región y la necesidad de equilibrar las relaciones internacionales con un enfoque que priorice la defensa de los valores democráticos. Para los promotores del comunicado, apoyar a Taiwán es apoyar la libertad y la autodeterminación de los pueblos frente a presiones autoritarias.
🧵 IPAC #Initiative2758 continues.
— Inter-Parliamentary Alliance on China (IPAC) (@ipacglobal) October 2, 2025
Latin American members across 🇵🇦🇨🇴🇧🇴🇵🇾🇺🇾 commit to action in their parliaments on 2758.
Sweden’s Foreign Affairs Committee rejects China’s distortion of UN Resolution 2758, a cross-party stand led by 🇸🇪 Co-Chair @MagnusBerntsson.
IPAC… pic.twitter.com/3KQtHMH8zh
La declaración de la IPAC en América Latina constituye un paso firme en defensa de la democracia y los derechos de los pueblos a decidir su futuro. Reabrir el debate sobre la participación de Taiwán en la ONU no solo significa justicia para sus ciudadanos, sino también un llamado a que la comunidad internacional se alinee con los principios que dice defender. América Latina, alzando su voz en este tema, se posiciona como un actor que no teme enfrentar los desafíos geopolíticos en nombre de la libertad.