04/10/2025 - Edición Nº970

Deportes


Copa Argentina

Lo que dejó Racing-River: un clásico caliente con pierna fuerte, declaraciones cruzadas y un escupitajo

03/10/2025 | Desde el festival de tarjetas amarillas hasta la suspensión por bengalas y los encontronazos sobre el final, la rivalidad siguió escalando hasta los micrófonos, dentro y fuera de la cancha.



Por los cuartos de final de la Copa Argentina, River le ganó a Racing 1-0 con un gol de Maximiliano Salas, justamente el exjugador académico que dejó la institución de Avellaneda en medio de polémicas por la cláusula de rescición y el "robo" de Marcelo Gallardo

El delantero fue blanco de los hinchas académicos ya desde el anuncio de las formaciones, donde lo silbaron fuerte. Y la misma reacción tuvieron con otros "ex": Juanfer Quintero y Marcos Acuña, que ante la posibilidad de jugar la Libertadores 2025 eligieron al club de Núñez. Pero la bronca de la parcialidad albiceleste sólo estaba por empezar.

A los 4' minutos de comenzado el encuentro -como si fuera parte de una película llamada 'El morbo'-, el clima se tornó más hostil cuando Salas convirtió el gol y evitó festejarlo, un gesto que no alcanzó para calmar los sentimientos de los fanáticos, aún heridos por su partida. 

¿Dolió? Claro que dolió. Pero el hincha de fútbol a veces no entiende de razones y la pasión se desborda de los límites del clásico folclore de este deporte.

Ante cada pelota que tocó Salas, lo silbaron, pero también a sus compañeros. Acuña, por caso, aprovechó un lateral para hacer jueguitos con la cabeza, una situación que no sólo provocó a la popular, sino también a los rivales.

Los clásicos siempre llevan como condición sine qua non el uso del juego brusco (hay excepciones, claro), pero la hostilidad que bajaba de las tribunas también se sintió dentro del campo de juego, donde jugadores de ambos equipos se pegaron, se manotearon y hasta se escupieron. 

Partido suspendido

A los 60 minutos del segundo tiempo, el árbitro Hernán Mastrángelo debió detener el partido por la caída de bengalas desde la tribuna de Racing, que generaron una densa cortina de humo y afectaron la visibilidad del campo de juego, sobre todo en el área del arquero Cambeses. 

El humo recalentó el ambiente, justo en un momento donde parecía que el equipo de Avellaneda se animaba a controlar el mediocampo y esbozaba algunas situaciones de peligro. Si bien nunca se especuló con suspender el encuentro, el juez estuvo obligado a adicionar luego 14 minutos a los 90 reglamentarios, tiempo suficiente para recuperar el tiempo perdido. 

Festival de tarjetas

El árbitro Hernán Mastrángelo no tuvo un partido fácil: debió sacar nada menos que 9 amarillas y una roja, todas por juego brusco o faltas tácticas, como la fuerte entrada de Almendra a Juanfer Quintero.

Por el lado de Racing los que vieron la cartulina fueron Gabriel Rojas, Santiago Solari, Agustín Almendra, Adrián Martínez y Rocky Balboa. En tanto que el conjunto de Núñez sufrió las de Gonzalo Montiel, Marcos Acuña, Juan Portillo y Kevin Castaño. Sobre los 90 cumplidos, Maravilla fue expulsado por un manotazo sobre Martínez Quarta. 

Escupitajo y escaramuzas

Ya con el silbatazo final, los encontronazos entre los jugadores siguieron de a pares. Almendra con Salas y Balboa con Acuña, entre otros. Pero el más grave fue el de Rocky, que se le acercó al Huevo y lo escupió en la cara, provocando una lógica reacción del jugador de la selección que debieron controlar Franco Pardo, Marcelo Gallardo y hasta el agente de seguridad de River, con el fin de que el campeón del mundo no termine a las piñas y suspendido.

El escupitajo de Balboa a Acuña ya fue informado al Tribunal de Disciplina. 

Declaraciones picantes

El término del partido estuvo lejos de llevar alegría y calma en los primeros instantes. Si bien los jugadores de River comenzaron a festejar con el silbato de Mastrángelo, a los segundos comenzaron las acusaciones con los futbolistas de Racing y hubo empujones entre varios.

A ellos también se sumaron asistentes y entrenadores. Gonzalo Costas, el hijo del DT, tuvo un entredicho con Juanfer y Marcelo Gallardo cuando algunos jugadores se saludaban respetuosamente (y otros no tanto). El entrenador millonario le recriminó la actitud y hasta llegó a acusarlo de pegarle a sus dirigidos, lo que el colaborador académico negó y le invitó a hablarlo afuera. 

Por otra parte, Maximiliano Salas, ya en las declaraciones para la TV pospartido, se refirió a su gesto de no festejar el gol al marcar el único tanto del encuentro, pero también aprovechó la ocasión para culpar a la dirigencia de Diego Milito por no entender su situación ni hacer un esfuerzo para quedarse en el plantel racinguista.

Más allá del resultado, el Racing-River en Rosario dejó una postal inquietante: la tensión superó al juego y los gestos de violencia opacaron el mérito deportivo. En tiempos donde se reclama fair play y respeto, lo ocurrido en el Gigante de Arroyito interpela a todos los actores del fútbol argentino, incluidas las autoridades que dejaron pasar las bengalas.

Consumada la clasificación del Millo, ahora queda trabajo por hacer tanto en el Tribunal de Disciplina de la AFA como en la APREVIDE y en las fuerzas de seguridad rosarinas, que deberán evaluar todas las escenas dentro y fuera del campo de juego.