10/10/2025 - Edición Nº976

Internacionales

Rebelión juvenil

La represión en Marruecos: ¿qué está pasando con GenZ 212?

03/10/2025 | El movimiento GenZ 212 impulsa manifestaciones masivas en varias ciudades, reclamando salud, educación y fin de la corrupción.



Marruecos atraviesa una ola de movilizaciones inédita en la última década. Miles de jóvenes, organizados bajo el colectivo GenZ 212, han salido a las calles de Casablanca, Rabat, Agadir y Oujda, entre otras ciudades, para exigir mejoras en los servicios públicos y denunciar la corrupción estructural del país. Lejos de responder a consignas partidistas, estas protestas reflejan el hartazgo de una generación que siente que el futuro les ha sido arrebatado.

El detonante fue la muerte de ocho mujeres embarazadas durante cesáreas en un hospital de Agadir, un hecho que expuso crudamente las deficiencias del sistema sanitario marroquí. A partir de ahí, las manifestaciones se multiplicaron con consignas que piden educación accesible, salud de calidad y una distribución más justa de los recursos públicos. La indignación también se dirige contra el gasto multimillonario en infraestructura vinculada al Mundial 2030, mientras la población enfrenta precariedad diaria.

La respuesta del Estado

Las autoridades respondieron con duras medidas represivas. La policía marroquí utilizó fuerza excesiva para contener las protestas, dejando al menos dos personas muertas y más de 400 detenidos, muchos de ellos menores de edad. Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional han denunciado la violencia policial y exigido la liberación inmediata de quienes fueron arrestados por manifestarse pacíficamente.

Videos difundidos en redes sociales muestran escenas de brutalidad policial, con agentes de civil arrestando a jóvenes sin justificación aparente. Estos abusos refuerzan la percepción de que el Estado busca silenciar una voz que incomoda, en lugar de abrir canales de diálogo real con la juventud.

Una generación que no calla

El movimiento GenZ 212 ha demostrado una enorme capacidad de organización digital. A través de TikTok, Discord e Instagram, los jóvenes lograron articular un mensaje común y coordinar protestas simultáneas en todo el país. Su lema, “Somos la juventud, no somos parásitos”, refleja el deseo de ser reconocidos como actores legítimos en la construcción del futuro nacional.

Lejos de desinflarse, el movimiento crece día a día, mostrando que las nuevas generaciones marroquíes ya no aceptan ser espectadoras pasivas de decisiones que hipotecan su porvenir. Su lucha ha encendido un debate sobre el modelo de desarrollo y la falta de políticas públicas inclusivas.

Una gran oportunidad 

Las protestas en Marruecos no son simples estallidos de frustración: son un llamado legítimo de una generación que exige dignidad, derechos básicos y oportunidades reales. Ignorar estas demandas sería un error histórico que podría profundizar la brecha entre el Estado y su pueblo.

El desafío para el gobierno no está en reprimir, sino en escuchar. La Generación Z ha dejado claro que no se conformará con promesas vacías. Su levantamiento es un recordatorio de que el futuro de Marruecos se escribe en las calles tanto como en los despachos oficiales.

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