
Las protestas que sacuden Marruecos no se entienden sin el papel de las plataformas digitales. El colectivo juvenil GenZ 212 encontró en redes como TikTok, Instagram y Discord los espacios que el sistema político les niega. En ellos coordinaron marchas, compartieron testimonios de represión y difundieron imágenes que rápidamente se hicieron virales, rompiendo el cerco mediático impuesto por el gobierno.
A diferencia de movimientos anteriores, esta generación entiende la red como un territorio de resistencia. En cuestión de horas, hashtags como #GenZ212 o #MarruecosDespierta lograron movilizar a miles de personas y mantener viva la protesta, incluso cuando la represión aumentaba en las calles. Los videos grabados con teléfonos móviles se convirtieron en pruebas de abusos policiales y circularon de forma masiva, generando indignación tanto dentro como fuera del país.
El uso de Discord ha sido clave. Allí, los jóvenes diseñan estrategias, votan consignas y distribuyen información logística sin depender de líderes visibles. Esta estructura horizontal y anónima dificulta que las autoridades neutralicen el movimiento, pues no hay cabecillas únicos a los que arrestar. La política digital de GenZ 212 se ha transformado en una innovación organizativa que desafía las formas tradicionales de protesta.
Instagram y TikTok, por su parte, cumplen un rol de amplificación global. En estas plataformas, videos cortos y virales muestran desde la precariedad hospitalaria hasta escenas de represión policial. El impacto ha sido tal que medios internacionales retomaron este contenido como fuente, lo que da al movimiento una proyección que supera las fronteras marroquíes.
Para el gobierno, las redes sociales se han vuelto un terreno difícil de controlar. Aunque las autoridades han intentado bloquear hashtags y vigilar a líderes digitales, la naturaleza fluida y veloz de las plataformas hace casi imposible frenar el flujo de información. Esto ha forzado al Estado a reconocer la magnitud de las protestas y abrir un discurso de diálogo, aunque limitado.
En la sociedad marroquí, el impacto es profundo: jóvenes que antes se sentían invisibles ahora han encontrado en la esfera digital una voz colectiva. El movimiento no solo expone la crisis de salud y educación, sino también una brecha generacional donde los más jóvenes se sienten dueños de nuevas herramientas para desafiar al poder.
🚨 🇲🇦 | Masivas protestas en Tetuán y otras ciudades de Marruecos.
— Mundo en Conflicto 🌎 (@MundoEConflicto) October 1, 2025
La movilización ya no es solo juvenil: miles salieron a las calles, con choques contra la policía en varios puntos. Por primera vez, se escucharon demandas por la destitución del presidente. pic.twitter.com/GMtS73o9tl
El caso marroquí revela cómo las redes sociales han pasado de ser espacios de entretenimiento a convertirse en plataformas de acción política real. TikTok y Discord no solo organizan, también documentan y amplifican las luchas, generando un ciclo donde lo digital alimenta la movilización física.
En Marruecos, esta dinámica ha dejado en claro que el futuro de la protesta ya no se libra únicamente en las calles, sino también en las pantallas. Y en ese terreno, la Generación Z demuestra que puede enfrentarse a un régimen que parecía inamovible.