
Un anteproyecto de ley sobre el cuidado del suelo y el agua de uso agropecuario y forestal, presentado por el Colegio de Ingenieros Agrónomos y Forestales de la Provincia de Buenos Aires (CIAFBA), despertó una fuerte polémica a partir del rechazo expresado por organizaciones del campo como CARBAP y legisladores vinculados al agro como Luciano Bugallo, de la Coalición Cívica.
La iniciativa se dio a conocer el último miércoles ante la comisión de Asuntos Agrarios y Pesca del Senado bonaerense y contó con la exposición de autoridades de la entidad profesional y destacados investigadores.
Aunque se encuentra en una instancia inicial, la base del posible marco regulatorio se centra en un proyecto que ingresó a la cámara de Diputados bonaerense en 2019. Aquella iniciativa perdió estado parlamentario por su falta de tratamiento, en medio de un recambio de autoridades. Por aquel entonces, la propuesta no había causado el revuelo que despertó en las últimas horas la versión mejorada del 2025.
En una extensa entrevista con NewsDigitales, los ingenieros agrónomos Guillermo Studer y Horacio “Peco” Repetto explicaron en detalle los puntos centrales del proyecto, remarcaron la urgencia de comenzar a trabajar en “un manejo adecuado del suelo” ante el problema de la erosión en la provincia de Buenos Aires que “es grave en serio” y respondieron a todas las críticas.
El primero de los profesionales es considerado como el “padre de la criatura”. Su reconocimiento como Doctor en Ingeniería Agrónoma y su especial compromiso para combatir y remediar la problemática lo abocaron al desarrollo del proyecto de ley. Con el respaldo del CIAFBA y referentes científicos pusieron a consideración una serie de pautas para atender a un tema y dar un debate a nivel social que trascienda las discusiones academicistas.
-Primero me parece oportuno que expliquen a grandes rasgos los puntos centrales del proyecto de ley
-Guillermo Studer: El proyecto básicamente es una modificación de otro que ya había sido presentado a la Cámara de Diputados de la provincia en 2019 y que por falta de tratamiento perdió estado parlamentario. Nosotros lo rescatamos y trabajamos sobre eso, ampliándolo y mejorándolo en algunos aspectos.
Básicamente está pensado ante el grado de deterioro que se está viendo en los suelos de la provincia de Buenos Aires asociado con el uso agropecuario y forestal. Desde problemas de erosión, hasta problemas de compactación. De acidificación, sodificación, pérdida de materia orgánica, de nutrientes, cambios de pH y demás. Todos problemas de degradación que hoy son tangibles y quizás calientes en algunos sectores especialmente susceptibles de la provincia de Buenos Aires.
Entonces la idea del proyecto es buscar una forma de un manejo adecuado del suelo, tendiendo a evitar o reducir la incidencia de esos problemas de degradación y en casos que los procesos ya estén manifestados y en un avance importante, que puedan ser revertidos o buscar esa posibilidad.
-¿Existe ya algún tipo de normativa vigente al respecto o hay un vacío?
-Guillermo Studer: El tema del suelo, como un recurso natural, es una potestad de la provincia. Hay provincias que ya tienen su legislación. La provincia de Buenos Aires tiene alguna ley general donde el suelo se menciona como un recurso natural y se habla de la necesidad de cuidarlo, conservarlo y mantenerlo activo. La Constitución de la Provincia lo dice, pero no hay legislación específica regulatoria, por llamarlo de alguna manera.
Este proyecto busca establecer algunas pautas de uso del suelo que tiendan a protegerlo, especialmente en las zonas susceptibles, donde están más manifestados los problemas de desgración. Y los demás suelos, el que quiere adherirse se adhiere y el que no quiere no lo hace. No es obligatorio.
El proyecto básicamente se basa en que los sujetos responsables de la ley serían los propietarios o tenedores de la tierra a cualquier título y los productores según cualquier tipo de relación contractual. Tendrían por la aplicación de la ley beneficios impositivos y en caso de no cumplir con lo que establece sanciones que también se vinculan a lo impositivo.
Estos planes de uso van a tener que ser supervisados, firmados y supervisados por un profesional. Y los profesionales que incumplan, también figuran como pasibles de alguna sanción.
Para los planes de uso del suelo se prevé una duración mínima de cuatro años, dado que cualquier práctica de manejo tendiente a proteger el suelo difícilmente se pueda aplicar sin una planificación en menor tiempo.
Horacio Repetto: Está bien claro que cualquiera de las provincias pampeanas está trabajando con leyes que protegen el recurso. Si uno pasa por La Pampa, automáticamente el cultivo de maní ve que tiene barreras hechas con maíz para que el suelo no se erosione en forma eólica cuando se levanta el cultivo. Y cuando uno pasa un límite interprovincial, que en definitiva no es más que una línea, del otro lado no hay ningún tipo de protección.
El cultivo de maní en el oeste de Buenos Aires es un ejemplo. El cultivo de papa en la zona serrana y Azul, Balcarce, Tandil se ven los desastres que se están haciendo.
Nos horrorizamos con la degradación de los suelos, fundamentalmente por la materia orgánica pero no hacemos nada por evitar que las pérdidas sigan incrementándose. Tenemos que ser profesionales, – por los ingenieros agrónomos- porque en realidad nosotros tenemos que producir de forma tal que de acá 10, 15, 20 años los suelos sigan produciendo igual. Y no que cada vez produzcan menos, que es lo que está pasando con la degradación que muestran todos los académicos en todos los congresos que se realizan.
-¿Cuáles son las zonas más críticas?
-Guillermo Studer: Uno puede sectorizar a grandes rasgos los problemas de erosión hídrica en las zonas que tienen relieve ondulado. Toda la pampa ondulada que tiene muy serios problemas de erosión. Es ondulado con pendientes suaves pero con suelos que son susceptibles a ser erosionados y de hecho los grandes ejemplos que uno ve en las fotos más catastróficas provienen de la cuenca del arroyo Arrecifes o del Río Tala, que tienen serios problemas de erosión.
Todas las zonas serranas de Tandil y de Ventania tienen serios problemas de erosión. Y cuando nos movemos hacia los suelos de textura un poco más gruesa y suelto, con escaso contenido de materia orgánica por génesis - que están relacionados por lo general a las zonas más áridas o semiáridas- tenemos todo el problema de erosión eólica. En todo el oeste de la provincia, el noroeste y el sudoeste de la provincia se vuelan esos suelos muy fácilmente y si no se lo enfrenta con prácticas específicas, el viento se los lleva.
Horacio Repetto: Guilermo describió prácticamente a toda la provincia salvo la Cuenca del Salado. Con lo cual, el problema de la erosión es grave en serio. Porque lo único que quedó afuera es cuando uno agarra la Ruta 3, toda la parte más baja de producción vacuna, que ahora está todo llena de agua. Y el resto tiene problemas de erosión, o potenciales problemas de erosión.
Hay un montón de tipos de degradación por mal uso y manejo del recurso suelo. Pero lo más impactante es claramente la erosión hídrica o la erosión eólica, según las regiones de nuestra provincia. A nivel legislativo ustedes estuvieron en la comisión de Asuntos Agrarios y Pesca del Senado. Es un anteproyecto que requiere de todo un recorrido legislativo y supongo abrirá discusiones con otros actores
Guillermo Studer: Yo entiendo que sí. El camino legislativo obviamente es largo. A través de las autoridades del CIAFBA tuvimos acceso a la comisión de Asuntos Agrarios del Senado. Obviamente después tiene que recorrerse el camino allí, también en Diputados y posteriormente el tratamiento en plenario.
Y obviamente entiendo que senadores y diputados harán contacto con otros sectores para recibir opiniones. Desde ya que el proyecto que nosotros elaboramos, que trabajamos durante más de un año, lo perfeccionamos de algo que ya estaba hecho y que había sido presentado, pero que no había generado el revuelo que generó ahora. No sé si es que no se divulgó, no se difundió, no se supo, pero hace seis años cuando se presentó este proyecto nadie dijo nada. Lo único que pasó allí es que cambiaron las autoridades de la provincia tanto a nivel legislativo como Ejecutivo y el proyecto quedó cajoneado y no terminó de tratarse nunca y perdió estado parlamentario.
El proyecto en su esencia es el mismo. Lo que tiene son mejoras que lo hacen más amplio, porque aquel proyecto estaba más orientado a la erosión. En este caso, estamos pensando también en los demás problemas de degradación y estamos planteando que sea la provincia la que, a través de sus organismos y con la participación de otros organismos, haga diagnósticos, evalúe, defina áreas críticas donde sea necesario sí o sí aplicar prácticas de cuidado del suelo específicas.
Y en otras, donde si el suelo no es cuidado se va a deteriorar pero que hoy no están tan críticamente afectadas o amenazadas que la adhesión a la ley sea voluntaria. Ese es un poco el espíritu y la idea del proyecto.
Horacio Repetto: Las autoridades CIAFBA que participaron de la presentación se comunicaron y ya se pusieron en contacto con personas de CARBAP para ponerse a disposición, explicar el espíritu del proyecto y evacuar dudas. Yo creo que esto que se generó es algo de las redes sociales que sabemos cómo funcionan hoy en día.
Imagínate la cantidad de colegas que me han llamado. Yo lo que digo es que el 99% no leyó el proyecto. Están reaccionando a una comunicación de redes que generó un lío pero ni siquiera se sentaron a leer el proyecto.
Y es un proyecto que, yo creo, lo entiende cualquiera. Pero más aún lo entiende un colega ingeniero agrónomo que estudió 5, 6, 7 años esta carrera. Si no lo leíste aún ¿por qué te enojas tanto? Míralo y después nos sentamos a conversar, que es lo que nosotros estamos haciendo pero alejándonos de esta locura que generan las redes sociales, que fue lo que explotó.
Lo que pasó fue que se puso el proyecto de ley arriba de la mesa. Es la parte que yo digo positiva que tiene todo esto que se creó.
-De todas formas, más allá del impacto y el consumo en las redes sociales no deja ser un posicionamiento institucional de una entidad como CARBAP, que dio a conocer un comunicado público
-Horacio Repetto: Sí. Yo soy socio de AAPRESID y participé muchísimos años en CREA. Me comuniqué con el actual presidente de CREA. Sabíamos que esto podía surgir de CARBAP. Estamos interactuando y sabemos quiénes son los que frenan este tipo de cosas. Yo te puedo hablar del Plan Maní. Estuvimos años hablando con el ministerio de Desarrollo Agrario del Pan Maní. Y siempre la traba la ha puesto CARBAP. No estamos sorprendidos de esto. Sí, por supuesto, llama la atención que explotó todo por los aires y el ruido que hizo esto en pocas horas.
-Bien. Les hago algunas consultas sobre las críticas que ha tenido el proyecto. ¿Se vulnera la propiedad privada?
-Guillermo Studer: De ninguna manera. Yo creo que ninguno de los que estamos en este proyecto queremos intervenir en eso. No es nuestra intención, ni se nos pasa por nuestra cabeza. De ninguna manera queremos vulnerar la propiedad privada.
No quiero usar la palabra regulación para no hacer sonar mal esa cuestión. Pero es poner una pauta común de manejo adecuado en zonas o en situaciones que hay riesgo o susceptibilidad a que el suelo sea degradado. Pero sucede con todo. Uno no puede tirar los efluentes químicos de una industria en la cloaca. Ni la puede tirar en el desagüe pluvial. No puede porque contamina.
Si uno está provocando la erosión del suelo por no hacer la práctica adecuada, está alterando un recurso natural del que depende la sociedad. La sociedad se protege y establece una pauta de funcionamiento. Te dice vos podés producir lo que quieras, cuando quieras, pero no como quieras, dado que hay determinadas restricciones para hacer determinadas cosas. Porque las condiciones ambientales o las condiciones físicas del lugar hacen que, si vos utilizas una práctica inadecuada, este recurso natural se daña.
Lo vemos a diario. La VTV te controla si emitís más o menos monóxido de carbono. Si emitís más te sancionan y te ponen una multa o te piden que vayas al mecánico a regular eso. No podemos estar emitiendo gases de efecto invernadero a trocha y moche porque sí.
Esto es lo mismo. Hacé o que quieras en tu campo o lo que la condición ambiental te permita. Pero ojo porque hay determinadas cosas que no se pueden hacer de cualquier manera porque si no, el recurso natural del que depende la producción se afecta.
Es tan sencillo como eso. No es decirle al productor vos tenés que hacer trigo, soja, lo que fuera. Podes hacer lo que quieras, lo que puedas, lo que el ambiente te permita hacer. Pero ojo porque si tenés algunas condiciones agroambientales que hacen o ponen en peligro o hacen que el recurso natural sea susceptible, no puede ser manejado de cualquier manera.
Entonces va a haber una lista llamada en el proyecto como catálogo de prácticas para cada distrito en el que esté dividida la provincia. En base a esa lista de prácticas, se podrá elegir que más convenga para la situación específica de cada lugar.
Eso ya existió. En la provincia de Buenos Aires estaban los catálogos de prácticas cuando se aplicaba una ley nacional de conservación de suelos, una norma que existe pero que dejó de ser funcional, pero están. Y no hubo este revuelo. Nadie le imponía nada a nadie. Se decía, para estas condiciones que tiene tu distrito o tu parte del distrito tenés este catálogo de prácticas que tendrías que usarlo de esta manera.
-Otro de los puntos, lo planteó un legislador en sus redes y es que se le da demasiado poder a la autoridad de aplicación, que sería el Estado, para definir qué cultivo y qué técnicas se van a aplicar. ¿Qué responden en ese caso?
Guillermo Studer: Es exactamente lo mismo. Nadie está restringiendo la utilización de un cultivo. Está mencionado en el texto de la ley que hay cultivos críticos que tienen que tener una atención especial. No sé quién es el legislador – la referencia era al posteo en redes del diputado provincial y productor rural Luciano Bugallo- pero si él viera lo que sucede con un suelo de Balcarce, Tandil, Azul, General Alvarado o General Pueyrredón cuando se hace papa, zanahoria o cebolla en suelos que tienen 7 u 8% de pendiente, se daría cuenta que son cultivos que no se podrían hacer ahí.
Lo dice el sentido común. Lo dice toda la ciencia del suelo y del manejo de los suelos. No se debería hacer ese tipo de cultivos ahí y sin embargo, lo hacen. Y se están produciendo grandes erosiones de suelos que son de los más ricos del mundo básicamente porque no hay nadie que le advierta a esa persona que es lo que está haciendo.
Acá lo mejor es que todo el mundo aplique el sentido común y todos los que saben algo de agronomía lo apliquen junto a los conocimientos que tienen. Hay cosas que ya sin la presencia de la ley se tendrían que hacer. Yo no podría laborear en los suelos del oeste de la provincia porque donde dejo el suelo desnudo y hay viento fuerte el suelo se vuela. Eso es absolutamente incompatible.
En un mundo ideal no necesitaríamos una ley para decir eso. Cualquiera que haga agronomía, cualquiera que preste atención a qué es lo que pasa cuando está soplando el viento, diría, no, acá me mande una macana, si deje el suelo desnudo se me vuela. Pero no lo hacen y se siguen volando.
Entonces no es una restricción. Yo no sé qué ejemplo poner en la vida real que vivimos todos y que nadie se queja. Pero hay muchas cosas que nosotros como seres humanos que vivimos en ciudades no hacemos o no podemos hacer porque la convivencia en la ciudad nos impide hacer ciertas cosas.
-Está la idea de un bien común y de un recurso no renovable que convive con el derecho a la propiedad privada
-Guillermo Studer: Esa es una discusión filosófica eterna. El productor tiene el título de propiedad del campo. Perfecto. ¿Eso le da derecho a utilizar los recursos naturales de cualquier manera?
Si un industrial se compra un terreno en el medio de la ciudad de Azul y dice acá voy a instalar una fábrica de químicos tóxicos, ¿Qué le van a decir? No, acá no se puede. Yo soy el dueño de la tierra, ¿por qué no lo voy a poder hacer? Y porque no se puede, porque está en el medio de la ciudad, porque no tiene forma de sacar los residuos y los influentes. Y en el campo es lo mismo.
Si yo tengo 7, 8% de pendiente hay cosas que no puedo hacer. El sentido común me dice que no las puedo hacer. Pero tiene que haber una pauta que nos diga recordá que acá no lo podes hacer.
-Hay otro punto que es el de los incentivos o beneficios y las multas en caso de incumplimiento. Vi alguna crítica que lo igualaba con un sistema de premios y castigos
-Guillermo Studer: La ley le da un incentivo a aquel que protege el suelo. La discusión filosófica es, ¿hay que darle un premio al que hace lo que tiene que hacer? ¿A mí me dan un premio por no robar y no matar todos los días? No. Pero bueno, como es cierto que esto significa un cambio en la forma habitual en que se produce, porque hay determinadas cosas que hoy en día el productor o quien haga el uso del suelo no está acostumbrado, se le da un incentivo para que se sume a esto de proteger el suelo y que en definitiva es en beneficio a largo plazo para él.
Si vos conservás el suelo lo vas a tener funcional durante más tiempo para tu beneficio personal. Si no lo cuidas, en poco tiempo deja de funcionar. Se contempla un beneficio para aquel que hace lo que la ley le pide que haga para proteger el suelo.
Pero aquel que tiene situaciones en las que debe aplicar lo que dice la ley porque está en una situación crítica o ya degradada o medianamente degradada y no cumple y no protege con mayor cuidado ese suelo, bueno, tendrá una sanción y es una sanción impositiva.
-Hay una parte que se dijo que era con judicialización y demás.
-Guillermo Studer: Lo que dice la ley es que aquel que haya incumplido y haya provocado un daño tiene que ser informado al menos al Poder Judicial o a quien corresponda, porque hay toda una legislación en la provincia de Buenos Aires que protege el recurso natural.
Si yo destruí la infraestructura porque taponé caminos con sedimentos o taponé alcantarilla con barro, bueno, eso está prohibido. Hay una ley que lo prohíbe.
No es una judicialización per se y persecución. Está puesto ahí solo porque es una cosa que corresponde decirla. Asumo que no se va a llegar nunca a eso. Será la autoridad la que diga por qué este camino está como está y ahí puede explorar y ver de dónde surgieron los barros o las cosas que están taponando el funcionamiento de la infraestructura.
Estamos hablando de cosas que son de todos los días, un camino en la alcantarilla pero imagínate que en lugares donde hay embalses, represas y en no mucho tiempo cuando tenés erosión hídrica, que el agua lleva un montón de sedimentos, se depositan y le sacan capacidad de reserva de guardado de agua a una represa por ejemplo. Y eso pasa en todas las represas, las grandes, de Brasil y de Argentina. Todas tienen el problema de los sedimentos que vienen por erosión. El delta del Paraná tiene el problema de los sedimentos que vienen por erosión y se taponan los canales de acceso de los barcos.
-El proyecto incluye también una cuestión de financiamiento a través de un fideicomiso. Pueden detallar un poco más ese punto
-Guillermo Studer: Lo del financiamiento se lo planteamos a los senadores. Es nuestra parte más floja porque no es lo que conocemos. Nos asesoramos con algunas personas y nos dieron los valores que están puestos, los porcentajes tanto para los estímulos como para la financiación. Nos dijeron esto sería razonable porque es una inversión que hace el Estado para conservar o proteger uno de sus recursos naturales fundamentales. La economía de la provincia sabemos que se basa en la producción agropecuaria y si se cae, se cae la economía de la provincia.
-Te preguntaba para qué a estarían destinados. ¿Si tienen que ver con capacitaciones, con nuevas estructuras de funcionamiento?
-Guillermo Studer: A todo lo mecanístico que tiene que ver con los planes: cómo se aplican, con las prácticas, con los distritos. Pero también está contemplando educación, capacitación, divulgación de la importancia del suelo y de protegerlo. Porque si no hay una presión, en el buen sentido, un acompañamiento de la sociedad en general, es poco probable lograr los objetivos.
Nosotros planteamos ese financiamiento como una inversión que hace el estado provincial para preservar un recurso natural. Lo del fideicomiso es una figura que nos plantearon. Sería bueno que existiera, que está reglamentado y está legislado como debe hacerse, básicamente para asegurar que esos fondos lleguen a donde tienen que llegar.
En definitiva porque si te dicen tenés tanto en el presupuesto provincial pero cuando llega el momento de ejecutarlo las partidas fueron redistribuidas en otro lado, así se evita eso. Y los fondos tienen que ver con todo lo que sea el funcionamiento de la ley. Hay una estructura que va a tener que ver con si los planes de uso del suelo cumplen las pautas mínimas.
Está planteado que haya organismos participativos a nivel provincial y a nivel local, a nivel de distrito, que tengan que ver con la diagramación del sistema. Y eso significa traslados de gente. Tiene que haber profesionales que hagan una especie de contralor de que los planes efectivamente están siendo ejecutados. No quiero decir que esté planteado o que esté en la idea de nadie hacer lote por lote, o ir a chequear productor por productor. Obviamente es como cualquier cosa que controla el Estado: será una cuestión aleatoria de una muestra y al que le toca le toca.
Hoy tenemos herramientas satelitales y demás, que ya usa la provincia y que también podría ser otra herramienta para hacer un contralor algo más preciso y efectivo. Pero esas son cosas de implementación que no está en el espíritu de la ley plantearlas porque no correspondería. Surgirá si algún día se hace el decreto reglamentario y se define cómo se va a implementar y cómo se va a hacer la supervisión.
Eso será una cuestión que la autoridad de aplicación y lo tendrá que dirimir en una provincia que tiene casi 400.000 kilómetros cuadrados. Es poco probable que se pueda implementar de un día para el otro. Se puede empezar con áreas pilotos para ver cómo funciona e ir extendiéndolo a toda la provincia. Son ideas. Pero eso será una cuestión de trabajo entre el CIAFBA, el Poder Ejecutivo, otras organizaciones que quieran participar y que están de hecho convocadas en el espíritu de la ley. No podemos opinar de cómo se va a implementar, sabemos que no es una cosa fácil.
-¿No hay más burocracia como lo pantea CARBAP? También hay una queja por una suerte de monopolio de los profesionales de la entidad que harían los controles
-Guillermo Studer: Lo que nosotros estamos planteando es que los profesionales que intervengan cumplan con la ley y sean profesionales con matrícula habilitante. Y en la provincia de Buenos Aires pueden actuar los profesionales que están matriculados en CIAFBA y otros profesionales que, por convenio con el CIAFBA, están habilitados a actuar en la provincia de Buenos Aires. Podría ser un profesional de La Pampa que porque hay un convenio.
Horacio Repetto: El Colegio tiene convenios con todos los colegios de las provincias limítrofes: Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y la Pampa y eso implica que el colega no tiene que pagar dos matrículas.
Esto tiene que ver también con lo que veces decimos de nuestra profesión. Pareciera que no está jerarquizada como otras. Yo nunca vi un médico o un abogado que no estuviera matriculado. Cuando voy al médico veo que tienen en el vidrio la matrícula provincial y la nacional. Y de la misma forma un colega que trabaja en nuestra provincia tiene que estar matriculado en el colegio provincial. Porque también es una ley eso.
-Por lo que exponen hay margen de discusiones y no es un paquete cerrado. Ven margen para mejoras y a diálogos con otros actores
-Guillermo Studer: Yo creo que nosotros hemos trabajado todo este tiempo conviviendo con gente de la academia. Hasta que me jubilé estuve en la planta docente de una Facultad de Ciencias Agrarias. Hay gente de INTA en la comisión y hay varios profesionales de la actividad privada.
Hay también otra docente de la Universidad de La Plata. Es un conjunto de personas que, dentro de su ámbito de acción, tiene una preocupación y un conocimiento del suelo. Pero obviamente no tenemos la verdad absoluta. Si hay cosas que mejoren y hagan más aplicable o simplifiquen este tipo de normas para proteger el suelo bienvenidas sean.
Lamentablemente no podemos abrir el juego a los 5.000 matriculados de la provincia y a la cantidad de productores que están nucleados en las distintas organizaciones porque no terminaríamos jamás en la vida. Dentro de nuestro leal saber y entender hicimos lo mejor que pudimos ¿De ahí a que sea perfectible? Por supuesto que sí. De hecho la ley plantea algunas pautas generales que luego pueden ser, digamos, hechas más fáciles con el decreto reglamentario.
Está pensado en ese sentido. Pero de ninguna manera nosotros pensamos ni en avasallar la propiedad privada, ni decirle a la gente que es lo que tiene que producir y no tiene que producir. Ni decirle un montón de cosas que entiendo se está pensando porque no es lo que nos mueve. Esto es un recurso natural y como habitantes de una provincia queremos que esté protegido. Porque además es la base del laburo de los ingenieros agrónomos. Los ingenieros agrónomos no tienen mucho que hacer en suelos que están destruidos ¿Qué más queremos que proteger nuestro laburo protegiendo la máquina? En una industria, el ingeniero tiene sentido si la máquina funciona.
-¿Han podido hablar con autoridades del Ministerio de Asuntos Agrarios?
-Horacio Repetto: Se han comunicado las autoridades del colegio con personas del Ministerio. Cuando fui presidente de la entidad era semanal la comunicación con el Ministerio de Desarrollo Agrario. En principio apoyan el proyecto pero sí hay pendiente una reunión de por medio.
-Quieren agregar algo o hacer alguna otra aclaración
-Horacio Repetto: Que el juramento hipocrático de nosotros, los ingenieros agrónomos, debería ser proteger el recurso a suelo. Porque como dijo recién Guillermo, toda la producción agropecuaria, arriba del 90% de los alimentos se generan a partir del recurso a suelo. Está en nosotros como profesionales defender ese recurso a suelo, cuidarlo e intentar, como ya algunos estaban hablando, revertir los procesos de degradación.
Por ahí habrá que volver a las pasturas, que en la época que nosotros nos recibimos eran como fundamentales y hay suelos que se puede pensar hasta en recuperar – sino son suelos muy degradados. En la presentación, Guillermo explicó que un centímetro de suelo tarda entre 100 y 300 años en recomponerse.
Guillermo Studer: Me estaba acordando de una nota, creo que en el suplemento campo de La Nación, que escribió un colega de Necochea, Esteban Bilbao. Ahí contaba que su hija le había dicho, interiorizándose de cuál era la labor que hacía el padre como ingeniero, entonces ustedes ‘son doctores de plantas y de suelos’. Y me pareció siempre una cosa muy importante a tener en cuenta. Los ingenieros agrónomos, a través de nuestro conocimiento y del uso racional de lo que la sociedad nos encomiendan, que son los recursos naturales para que produzcamos alimentos, tenemos que mantenerlos en el tiempo y, eventualmente, si hace falta, curarlos.
De la misma manera que un médico que, actuando como corresponde, prefiere la prevención a la terapéutica, nosotros también preferimos prevenir. Preferimos cuidar antes de afectar, para no tener que después hacer un montón de cosas que llevan a cambios drásticos en la forma de producción
Es muy difícil que algún día volvamos a tener algo parecido a lo que había antes de erosionarse. Entonces, prevengamos, cuidemos, protejamos y vamos a hacer que ese suelo se mantenga dónde está y siga funcionando.