
La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) reveló en los últimos días un plan estratégico que transformará por completo la estructura del fútbol brasileño a partir de 2026.
Entre las principales novedades, sobresale la creación de un calendario anual con el Brasileirão en formato integral, una nueva copa regional, cambios en las series inferiores y la incorporación de tecnologías de arbitraje y control financiero.
Brasileirão: se jugará de enero a diciembre con una pausa en junio y julio por la Copa del Mundo, manteniendo el sistema de todos contra todos. La idea es ofrecer un torneo más largo, equilibrado y competitivo a lo largo de todo el año.
Copa Sul-Sudeste: nuevo torneo regional que reunirá a 12 clubes, distribuidos según los resultados de los campeonatos estatales de 2025 en Río de Janeiro, São Paulo, Paraná, Santa Catarina, Minas Gerais y Rio Grande do Sul, además de seis cupos por torneos selectivos. La fase de grupos será a partido único, con semifinales y finales ida y vuelta, y excluye a los equipos que participen en la Libertadores y la Sudamericana.
Series inferiores: La Serie C subirá de 20 a 28 equipos, mientras que la Serie D aumentará de 64 a 96 clubes, buscando incrementar la participación y levantar la competitividad.
Offside semiautomático: la tecnología llegará por primera vez en Brasil, con un sistema similar al empleado en la Premier League y en copas internacionales, que permitirá decisiones más rápidas y precisas respecto a las jugadas ajustadas.
Fair Play Financiero: la CBF lanzará un nuevo modelo para controlar más estrictamente los gastos de los clubes, con límites en relación a sus ingresos y sanciones para quienes incumplan las normas, garantizando la sostenibilidad del sistema.
Campeonatos estaduales: se reducirán a un máximo de 11 fechas, liberando calendario para competencias nacionales e internacionales y mejorando la preparación de los equipos.
La Copa do Brasil modificará su formato, con equipos de la Serie A ingresando desde la quinta fase y con una final a partido único en sede neutral, buscando mayor atractivo y competitividad. La Serie B y la Serie D también tendrán ampliaciones de participantes, fortaleciendo las categorías de base y promoviendo una mayor movilidad en el fútbol profesional brasileño.