18/11/2025 - Edición Nº1015

Internacionales

Comercio exterior

Precios altos impulsan exportaciones, pero un peligro las acecha

04/10/2025 | Las exportaciones regionales crecieron 10% en 2025 gracias a precios altos y compras anticipadas, aunque persisten riesgos por aranceles diferenciados.



Las exportaciones de Centroamérica y República Dominicana hacia Estados Unidos lograron crecer durante el primer semestre de 2025, incluso en un contexto de mayor incertidumbre internacional. Según datos regionales, las ventas aumentaron alrededor de 10% respecto al año anterior, impulsadas por precios internacionales más altos y la estrategia de los importadores de adelantar pedidos antes de la entrada en vigor de nuevos aranceles. Este fenómeno muestra la resiliencia de la región, pero también refleja la fragilidad de una economía tan dependiente de un solo mercado.

El arancel universal del 10% aplicado por Washington en abril no detuvo la tendencia positiva, aunque golpeó con mayor fuerza a países específicos. Costa Rica enfrenta un recargo del 15% desde agosto y Nicaragua uno del 18% desde abril, lo que reduce su competitividad en comparación con los vecinos. Pese a estos desafíos, la región mantiene una alta dependencia: en países como Honduras, Nicaragua, Costa Rica y República Dominicana, más del 45% de sus exportaciones totales se dirigen al mercado estadounidense.

Impacto por país

En el caso de Nicaragua y Costa Rica, los recargos adicionales elevan la presión sobre sus sectores transables. Nicaragua, con un 18% de gravamen, enfrenta un riesgo significativo en la industria textil y agrícola, mientras que Costa Rica, con un 15%, busca compensar la pérdida de márgenes con la sofisticación de sus manufacturas, especialmente en el sector de dispositivos médicos. Ambos países dependen de una respuesta estratégica para evitar la erosión de empleos y la caída de inversiones.

Guatemala y El Salvador, en cambio, muestran una integración fuerte a las cadenas de valor estadounidenses en áreas como la maquila y los servicios, lo que les permite diversificar un poco más sus riesgos. Sin embargo, no están exentos de las consecuencias. La dependencia del dinamismo de la economía estadounidense los hace vulnerables a cualquier desaceleración o ajuste regulatorio que afecte sus envíos.

Sectores más expuestos

El sector textil y vestuario es el más amenazado por los cambios arancelarios debido a sus bajos márgenes y la competencia global feroz. Los pedidos podrían caer en los próximos meses, con un impacto directo en el empleo de miles de trabajadores en Honduras, El Salvador y Nicaragua. La probabilidad de que esto ocurra en el corto plazo se estima en más de un 60%, según cálculos de especialistas regionales.

Los productos agrícolas y alimenticios también están en la mira. Aunque los precios internacionales elevados han permitido sostener ingresos, la volatilidad del mercado puede revertir esta tendencia en cualquier momento. Un ajuste brusco en los precios o en la demanda estadounidense podría generar una caída abrupta en las exportaciones, afectando la estabilidad de las economías locales y el ingreso de divisas.

Factores coyunturales

El crecimiento observado en el primer semestre responde, en buena medida, al fenómeno de front‑loading, es decir, la compra anticipada de mercancías para evitar mayores costos con los nuevos aranceles. Esta práctica infla las cifras de corto plazo, pero puede dar lugar a una contracción posterior si la demanda se reduce una vez que los importadores han acumulado inventarios. De confirmarse, el segundo semestre de 2025 podría mostrar un freno importante en el ritmo de ventas regionales.

Además, la desaceleración de la economía estadounidense se perfila como un factor de riesgo. Con señales de enfriamiento en el consumo, el margen de crecimiento para los exportadores centroamericanos es limitado. Una caída en las órdenes de compra afectaría especialmente a los países con mayor exposición, como Honduras y República Dominicana, que dependen de manera crítica de ese mercado.

Perspectivas y estrategias

La región enfrenta el reto de diversificar sus mercados y productos, orientándose hacia Europa, Canadá, México o Sudamérica. También debe apostar por incrementar el valor agregado de sus exportaciones, reduciendo la dependencia de materias primas o manufacturas de bajo margen. La mejora en la productividad, la eficiencia logística y la digitalización son claves para mantener la competitividad.

Asimismo, los gobiernos y organismos regionales como la SIECA y el BCIE deben coordinar esfuerzos en materia de diplomacia económica para negociar posibles exenciones o alivios sectoriales. La cooperación puede ser determinante para que sectores sensibles como el textil y la agricultura no sufran un impacto irreparable en los próximos años.

Datos que pensar 

La aparente solidez de las cifras de exportación en el primer semestre de 2025 puede resultar engañosa. El crecimiento responde a factores coyunturales como el adelanto de pedidos y la subida de precios internacionales, más que a una ganancia estructural de competitividad. El riesgo de un retroceso en el segundo semestre es alto, lo que obligará a la región a tomar medidas preventivas.

De cara al futuro, la verdadera prueba será si Centroamérica logra transformar esta coyuntura en una oportunidad para replantear su estrategia comercial. La diversificación de mercados y la inversión en sectores de mayor valor agregado son las únicas vías para reducir la vulnerabilidad ante decisiones externas como los aranceles de Estados Unidos.