Uganda dio un paso inédito al designar a la empresa argentina INVAP para edificar su primer reactor nuclear, marcando el tercer proyecto de este tipo en el continente africano liderado por una firma nacional sudamericana. La decisión pone a Uganda en la senda de la generación nuclear para fines pacíficos y posiciona a Argentina en un rol estratégico exportador de alta tecnología.
El Ministerio de Energía de Uganda optó por la oferta de INVAP luego de comparar propuestas de empresas rusas, chinas y coreanas, destacando la experiencia local en tecnología nuclear, costos competitivos y transferencia de conocimientos. Con ello, Uganda será el primer país de su historia en contar con un reactor nuclear, dando un giro hacia fuentes diversificadas de energía.

INVAP ya inició los estudios de suelo en el predio seleccionado para la obra, ubicado dentro del campus universitario de Soroti, a unos 300 kilómetros al norte de Kampala. El lugar fue elegido por su estabilidad geológica, disponibilidad de agua y cercanía con centros académicos que participarán en la capacitación del personal ugandés que operará el reactor.
En África, solo dos reactores han sido construidos por empresas argentinas hasta ahora, lo que convierte a este acuerdo en un hito continental.
INVAP, con base tecnológica y estatal, ya tiene trayectoria en proyectos de reactores de investigación, plantas satelitales y centrales de energía limpia.
Para Uganda representa una estrategia de largo plazo: responder a la creciente demanda eléctrica, reducir dependencia de combustibles fósiles y aumentar su autonomía energética.
Desde mediados del siglo XX, la energía nuclear ha sido empleada con fines pacíficos en distintos países, principalmente para generar electricidad mediante fisión controlada. En África, los primeros pasos fueron dados por unas pocas naciones que colaboraron con potencias extranjeras. La novedad de este proyecto radica en que una compañía sudamericana asume un rol central de ingeniería, construcción y posiblemente operación.
El reactor que se instalará en Uganda será de tipo modular y de potencia media, diseñado para integrarse a la red nacional de forma segura y escalable. Se prevé que su vida útil supere las cuatro décadas, con sistemas modernos de seguridad, gestión de residuos y capacitación local.
El país africano espera que la planta nuclear impulse sectores industriales, estabilice el suministro eléctrico y atraiga inversiones tecnológicas. Además, la cooperación incluye la formación de técnicos, científicos e ingenieros locales para gestionar la central a lo largo del tiempo.

No obstante, el proyecto afronta retos: la construcción de infraestructura complementaria (transmisión, seguridad, monitoreo ambiental), la aceptación pública (información clara sobre seguridad nuclear) y el financiamiento. Uganda deberá garantizar fondos para el desarrollo del proyecto y su mantenimiento futuro.
La construcción del reactor por INVAP indica un cambio importante en la geopolítica de la energía: empresas de países medianos pueden competir frente a gigantes nucleares tradicionales. El contrato consolidará la imagen de Argentina como potencia tecnológica exportadora, y podría abrir puertas a nuevos proyectos nucleares en otras regiones emergentes.
En los próximos meses, se anunciará el cronograma, la ubicación exacta del sitio en Uganda y el monto de la inversión. El mundo técnico seguirá de cerca este desarrollo, cuya concreción podría cambiar el mapa energético de África y aumentar la presencia internacional de la industria nuclear argentina.