Luego de que se conociera el hecho de que un hombre atacara con un fierro a la influencer Michelle Iman Schmukler y a su bebé de ocho meses en Palermo al grito de "qué asco, judía", a la mujer se le entregó un botón antipánico como herramienta de resguardo ante un nuevo posible ataque.
La violenta agresión antisemita se conoció en las últimas horas cuando la propia influencer denunció a su agresor, que vive en su mismo edificio, y la noticia se viralizó rápidamente.
La situación generó una enorme preocupación en la familia de Schmukler, ya que su agresor, que admitió haberles arrojado el fierro, no quedó internado en el Hospital Fernández –donde fue llevado para una evaluación psiquiátrica–, volvió a su domicilio. Es decir, a pocos metros de distancia de Schmukler.
Atento a esta situación, el fiscal que interviene en el caso, Miguel Ángel Kessler, dispuso tres medidas clave para avanzar con la investigación:
*Realizar un informe socio-ambiental sobre el imputado en el edificio.
*Tomar declaración a todos los propietarios del inmueble.
*Realizar un informe interdisciplinario sobre el agresor para determinar su estado y evaluar los pasos a seguir.

Tras la viralización del caso y la intervención de la DAIA, la Fiscalía Penal Contravencional y de Faltas N°5, a cargo del Dr. Kesler, tomó cartas en el asunto. El jefe de la comisaría local se entrevistó con el imputado, quien accedió de forma voluntaria a trasladarse al Hospital Fernández para ser evaluado psiquiátricamente, acompañado por una consigna policial.
Sin embargo, en el hospital le indicaron que debía quedar en observación durante varios días. Al no tratarse de una internación compulsiva ordenada por un juez, el hombre decidió retirarse del nosocomio. Según informaron fuentes del caso, se fue del lugar medicado y sus padres se comprometieron a continuar con los fármacos y a llevarlo nuevamente al día siguiente.