
La salida de José Luis Espert de la lista de diputados nacionales continúa generando movimientos dentro del oficialismo. Aunque todavía no hay confirmación formal, Javier Milei dejó entrever que Diego Santilli sería su reemplazo al frente de la boleta en la provincia de Buenos Aires.
“El tema lo va a definir la Justicia Electoral”, aclaró el Presidente, quien aseguró que el acuerdo con el dirigente del PRO “refleja la lealtad y nobleza del entendimiento” entre ambos espacios. De concretarse, la incorporación de Santilli marcaría un punto de inflexión en la estrategia libertaria: un paso hacia la ampliación de alianzas y la búsqueda de mayor gobernabilidad.
Sin embargo, la definición no será inmediata. La Cámara Nacional Electoral deberá resolver si habilita la modificación en las boletas ya registradas, lo que introduce un nuevo factor de incertidumbre en plena campaña hacia las elecciones legislativas del 26 de octubre.
El posible desembarco de Santilli —un dirigente con experiencia en gestión y diálogo político— podría aportar un perfil distinto al frente libertario, tradicionalmente cerrado sobre su propio núcleo ideológico. Su presencia abriría, además, una puerta simbólica hacia los gobernadores y referentes de otros espacios que el Gobierno busca sumar para sostener la agenda económica y las reformas estructurales.
“Me toca asumir la responsabilidad”, afirmó Santilli, quien reconoció que la decisión lo tomó por sorpresa. “Estaba en tercer lugar, acompañando al Presidente y sus cambios desde el 10 de diciembre”, agregó, en diálogo con medios locales.
El legislador también se refirió a la discusión sobre las boletas y su eventual reimpresión. “Estoy a favor de que se haga si es necesario, pero es una decisión que deberán tomar los apoderados de los espacios”, sostuvo. Y completó: “No me vuelve loco ser primero, quiero apoyar este modelo de cambio”.
Aunque todavía falta la definición formal de la Cámara Nacional Electoral, el eventual ascenso de Santilli en la boleta libertaria podría representar una señal de apertura política y un gesto hacia la gobernabilidad que el Ejecutivo busca consolidar.
La figura del dirigente del PRO, con trayectoria en la gestión y un perfil más moderado, genera expectativa sobre un posible giro en la estrategia del Gobierno hacia un esquema de alianzas más amplio, que incluya a sectores dialoguistas y a referentes provinciales.