10/10/2025 - Edición Nº976

Internacionales

Izquierda dividida

Iván Cepeda vs Daniel Quintero: ¿quién definirá el futuro del progresismo colombiano?

08/10/2025 | Mientras Iván Cepeda apuesta por consolidar las bases históricas del progresismo, Daniel Quintero busca expandir el movimiento hacia el centro.



La precampaña de la izquierda colombiana está definida por un contraste evidente entre Iván Cepeda Daniel Quintero, dos figuras que representan modelos opuestos de construcción política. En las semanas previas a la consulta del Pacto Histórico, sus estrategias revelan una tensión entre la continuidad del petrismo clásico y la búsqueda de una izquierda más amplia y pragmática. Cepeda se presenta como el heredero del proyecto ideológico de Gustavo Petro, mientras que Quintero intenta capitalizar el desencanto ciudadano con una propuesta de renovación.

En este contexto, la contienda trasciende el plano personal y se convierte en una disputa por el rumbo del progresismo colombiano. Las diferencias entre ambos candidatos no solo son de forma, sino de fondo: mientras Cepeda busca cohesionar el movimiento en torno a las banderas históricas de la izquierda, Quintero apuesta por una narrativa de inclusión que le permita dialogar con sectores moderados y empresariales. Esa divergencia plantea un dilema que podría definir la proyección del Pacto Histórico hacia 2026.

Alianzas y estrategias divergentes

El senador Iván Cepeda ha consolidado el respaldo de figuras clave del progresismo como Gustavo Bólivar, María José Pizarro y Susana Muhamad, quienes desistieron de sus aspiraciones presidenciales para fortalecer su candidatura. Su estrategia se centra en articular un bloque ideológicamente coherente, sustentado en sindicatos, movimientos sociales y sectores académicos. La prioridad, según su entorno, es garantizar que el Pacto Histórico no pierda identidad frente a los intentos de apertura hacia el centro.

Por su parte, Daniel Quintero, exalcalde de Medellín, ha optado por una ruta distinta: tender puentes con liderazgos regionales y corrientes políticas no necesariamente de izquierda. Su discurso enfatiza la gestión y la eficiencia, apelando a un electorado desencantado con la polarización. No obstante, esta estrategia le ha valido acusaciones de oportunismo y alianzas cuestionables, lo que despierta suspicacias entre los sectores más ortodoxos del petrismo.

Un progresismo en tensión

La división entre ambas corrientes refleja el desgaste interno del petrismo tras tres años de gobierno. Mientras Cepeda representa la defensa del legado de Petro, Quintero intenta capitalizar los errores del oficialismo para ofrecer una alternativa desde dentro. Los movimientos de ambos candidatos muestran que la izquierda busca redefinir su identidad entre la militancia clásica y la gestión tecnocrática.

El reto para el Pacto Histórico será evitar que esta competencia derive en una fractura irreversible. De perder cohesión, el bloque progresista podría ceder terreno frente a la oposición, que ya articula su propia estrategia de unidad. En un escenario de voto fragmentado, la izquierda corre el riesgo de dividirse entre fidelidad y pragmatismo, dejando el camino libre para fuerzas conservadoras en 2026.

Proyecciones para el progresismo colombiano

La pugna entre Cepeda y Quintero no solo define una consulta, sino dos visiones de país. Si Cepeda triunfa, la izquierda mantendrá una línea ideológica fiel al petrismo, con prioridad en la justicia social y la soberanía estatal. Si Quintero logra imponerse, el progresismo podría virar hacia una narrativa de modernización y alianzas amplias, asumiendo riesgos de diluir su esencia ideológica. En ambos casos, el resultado marcará el tono de la próxima década política en Colombia.