10/10/2025 - Edición Nº976

Política

El recurso más valioso del siglo XXI

Gonzalo Meschengieser: “Argentina vive con abundancia de agua, pero millones no acceden a ella”

08/10/2025 | El CEO de la Cámara Argentina del Agua analiza el panorama global y los desafíos que enfrenta la Argentina para garantizar el acceso y sustentabilidad de este líquido vital.



El agua, considerado el recurso más valioso del siglo XXI, fue el eje de la entrevista a Gonzalo Meschengieser, CEO de la Cámara Argentina del Agua, quien pasó por El Living de Newsdigitales. El especialista puso sobre la mesa la paradoja que atraviesa la Argentina: es uno de los países con mayores reservas de agua dulce en el mundo, pero millones de ciudadanos sufren carencias graves de acceso.

“Tenemos la maldición de la abundancia”, expresó, señalando que la riqueza hídrica del país está concentrada en apenas una porción del territorio, lo que deja a más de 25 millones de argentinos en zonas áridas o semiáridas, donde abrir la canilla es un privilegio de apenas algunos días a la semana.

Infraestructura ausente y crisis estructural

Pese a contar con fuentes como el Río de la Plata, el acuífero Puelche y la cuenca del Paraná, Meschengieser remarcó que la falta de inversión en infraestructura y políticas de largo plazo condena a millones. “Argentina tiene la capacidad técnica para potabilizar y distribuir agua, pero el tema nunca fue una prioridad política sostenida”, advirtió.

Según explicó, tanto empresas públicas como privadas han mostrado falencias. Mientras las primeras suelen estar atravesadas por la política, las segundas no encuentran rentabilidad suficiente para invertir en expansión y modernización. “La mejor fórmula es una articulación público-privada, donde el Estado garantice la inversión estructural y el privado la calidad del servicio”, apuntó.

En este punto, valoró lo hecho en los últimos años: “Durante el gobierno de Alberto Fernández se hizo una inversión enorme en expansión de la red de agua, tanto en AySA como en el interior del país a través de ENOHSA. Se construyeron nuevas plantas de tratamiento y se amplió la capacidad instalada, con obras emblemáticas como el sistema Riachuelo, que representa un cambio revolucionario en términos de salud y acceso al agua potable”.

Según destacó, la gestión de Malena Galmarini al frente de AySA marcó un avance significativo para acercar el servicio a miles de familias históricamente postergadas. Sin embargo, advirtió que esa inercia se frenó abruptamente en la actualidad: “El nuevo gobierno paralizó la puesta en marcha de proyectos que ya estaban terminados en un 80 o 90%”.

Huella hídrica y desafíos globales

El entrevistado también introdujo conceptos clave como la huella hídrica y el agua virtual, que obligan a repensar el impacto del comercio, la producción y la tecnología sobre este recurso vital. “Cada click en inteligencia artificial requiere agua para refrigerar servidores. Cada exportación de soja o de un auto implica exportar también agua. Si no lo regulamos, podemos hipotecar el futuro”, alertó.

La crisis hídrica mundial, marcada por el cambio climático, la deforestación en el Amazonas y los ríos voladores, afecta de lleno a la Argentina. Meschengieser recordó que la última sequía del Paraná hizo perder 20.000 millones de dólares al país, y advirtió que las controversias diplomáticas en torno al agua son cada vez más frecuentes en la región.

Gobernanza y futuro

Para el especialista, la clave está en crear una autoridad nacional del agua y organismos de cuenca que gestionen este recurso por sus propios parámetros naturales y no bajo criterios de fronteras políticas. “El agua no entiende de provincias ni de municipios. Necesitamos gobernarla desde la lógica de los ríos y mares, no desde la disputa partidaria”, concluyó.

En un contexto en que el acceso al agua se vuelve un derecho en disputa en varias partes del mundo, Meschengieser insistió en la necesidad de un consenso social, político y empresarial: “El futuro de Argentina depende de cómo usemos el agua. Puede ser nuestra gran riqueza o nuestro mayor conflicto”.