14/10/2025 - Edición Nº980

Internacionales

Crisis urbana

Choque Petro-Gutiérrez: la protesta que incendió Medellín

09/10/2025 | La violencia en una manifestación en Medellín reaviva la pugna política entre el presidente y el alcalde, en un clima de creciente polarización.



El reciente episodio de violencia durante una protesta en Medellín ha desatado un nuevo enfrentamiento entre Gustavo Petro y Federico Gutiérrez, dos de las figuras más influyentes del panorama político colombiano. Imágenes difundidas muestran a civiles contratados por la Alcaldía golpeando manifestantes, lo que generó indignación y denuncias por parte del Gobierno nacional. Petro calificó los hechos como un intento de crear una fuerza paralela al Estado y ordenó una investigación judicial para esclarecer responsabilidades.

Desde la Alcaldía, Gutiérrez reconoció que algunos de los llamados “gestores de convivencia” pudieron haberse extralimitado, pero defendió que actuaron en respuesta a la violencia de los manifestantes. El incidente se convirtió rápidamente en un campo de batalla discursivo entre el mandatario nacional y el líder antioqueño, reavivando las tensiones políticas que dividen al país desde las protestas de 2021.

Divergencia de versiones

Mientras Petro denunció que el uso de civiles con funciones de seguridad viola el monopolio legítimo de la fuerza pública, Gutiérrez acusó al presidente de querer desestabilizar a Medellín con fines políticos. Ambos intercambiaron declaraciones en redes sociales y actos públicos, en un pulso que combina elementos institucionales y emocionales. La Defensoría del Pueblo anunció la apertura de investigaciones para determinar si hubo abusos de autoridad o violaciones a los derechos humanos.

La confrontación también ha involucrado a otros actores nacionales, como el expresidente Álvaro Uribe, quien respaldó la posición del alcalde y advirtió que el Gobierno no debe debilitar la autoridad local. La polarización entre el Ejecutivo y la administración medellinense ha escalado más allá de los límites institucionales, transformando un conflicto municipal en un símbolo de la disputa entre el progresismo de Petro y el conservadurismo uribista.

Impacto político y social

El caso de Medellín refleja un deterioro en la relación entre gobierno central y autoridades locales, donde la seguridad ciudadana se convierte en un terreno de disputa ideológica. Para analistas, la narrativa del orden frente al caos busca posicionar a Gutiérrez como referente de la derecha, mientras Petro intenta reafirmarse como garante de los derechos civiles. Este choque se produce en un contexto previo a las elecciones de 2026, cuando ambos podrían enfrentarse por el poder nacional.

A mediano plazo, el episodio plantea interrogantes sobre los límites del poder civil en materia de seguridad y el riesgo de que la violencia delegada a civiles erosione la legitimidad democrática. Si las investigaciones confirman responsabilidades institucionales, Medellín podría convertirse en un punto de inflexión sobre cómo Colombia define el equilibrio entre orden público y libertad ciudadana.