“Lara vio algo que no debía ver”: la revelación que podría cambiar el rumbo del triple narcofemicidio

“Todo empezó porque Lara supo algo que no debía. Se lo contó a un novio o a un ex, y a partir de ahí todo se complicó”. Con esa frase, la madre de Morena Verdi, una de las tres víctimas del triple narcofemicidio de Florencio Varela, reveló ante la Justicia un dato que podría alterar el curso de la investigación. Según su testimonio, la menor del grupo, Lara Gutiérrez, habría sido el objetivo central del ataque por haber conocido —y comentado— información sensible sobre una disputa narco que se desarrollaba en el conurbano bonaerense.

La declaración de Sabrina Mara del Castillo, madre de Morena, se sumó en las últimas horas al expediente que lleva adelante el fiscal Adrián Arribas y reforzó la hipótesis de un ajuste de cuentas vinculado al narcotráfico. La mujer describió una trama de bandas enfrentadas y aseguró que las tres jóvenes “quedaron atrapadas en medio de una guerra por el territorio”.

“Alguien cercano a las chicas vio algo que no debía ver y se lo contó a Lara”, relató ante los investigadores. A partir de ese dato, todo habría comenzado a desbordarse.

Sabrina también denunció ante el fiscal que tanto ella como su familia reciben amenazas y que teme por la vida de su otra hija, Hanna. “Me dijeron que si no paraba esto, también iban a ir por Hanna”, contó. La Justicia accedió a reforzar la seguridad en su casa y la de sus padres con custodia de la Policía Federal.

“Nos dijo que sentía temor, que la habían amenazado y solicitó custodia”, confirmó Arribas, quien ratificó que el Ministerio Público ordenó medidas de protección inmediatas.

El viernes 19 de septiembre, las familias de Lara Gutiérrez (15), Morena Verdi (20) y Brenda del Castillo (20) creyeron que las jóvenes asistirían a una fiesta por la que recibirían 300 dólares cada una. Una Chevrolet Tracker blanca las pasó a buscar en La Matanza rumbo a Florencio Varela.

Cinco días después, el miércoles 24, la policía encontró los cuerpos enterrados en el patio de una vivienda del barrio Villa Vatteone. Las autopsias confirmaron que fueron torturadas, golpeadas y asesinadas con extrema violencia.

Sabrina del Castillo no tiene dudas: “Fue un narcofemicidio”. Según declaró, Lara fue hallada con los dedos mutilados, una señal que interpretó como un mensaje mafioso. “Le hicieron eso porque tocó algo que no debía tocar”, dijo.

La mujer reconstruyó que la adolescente se habría cruzado con alguien vinculado al tráfico de drogas y que, por consejo de un novio o exnovio, intentó robarle la droga. Ese episodio, sostuvo, habría desatado la venganza que terminó con la vida de las tres jóvenes.

Entre las pruebas que analiza la fiscalía se encuentra una foto de Lara junto a Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, señalado como autor intelectual del crimen. La imagen fue tomada el 6 de septiembre, apenas dos semanas antes del triple homicidio, en el barrio porteño de Flores.

Del Castillo también identificó a otro sospechoso: un joven conocido como “Gordo Dylan”, quien aparece en las cámaras de seguridad y sería vecino de Claypole.

Además, mencionó a David Manzur, alias “El Loco David”, un hombre señalado como distribuidor de droga en distintos barrios del conurbano, entre ellos Las Antenas y Villa Palito. Su nombre ya había surgido en el expediente tras la declaración del “remisero” boliviano Víctor Sotacuro Lázaro, detenido en su país.

Según ese testimonio, la madrugada del 20 de septiembre, el Loco David y otros dos hombres fueron trasladados desde Florencio Varela hasta la villa 1-11-14 en el Bajo Flores, cubiertos de barro y con barbijos, apenas unas horas después de los crímenes.