Cada 10 de octubre, el fútbol argentino recuerda a los dos máximos ídolos que vistieron la camiseta número 10 de la Selección: Diego Maradona y Lionel Messi. Un homenaje espontáneo, nacido del sentimiento popular, que une generaciones y reafirma el valor simbólico de ese número eterno.
Como reconocimiento, la página oficial de la selección argentina compartió una imagen que resume dos de los tres hechos más trascendentes para nuestro fútbol: Maradona en México '86 y Messi en Qatar 2022, ambos alzando la Copa del Mundo, rodeados de compañeros y envueltos en la euforia de millones. El texto “10 del 10” no es una consigna oficial, pero sí un gesto colectivo que cada año cobra fuerza. Porque recordar a los que hicieron grande a la camiseta es también celebrar lo que somos como país futbolero.
🐐🤝🐐 pic.twitter.com/lKcU8WnRr1
— 🇦🇷 Selección Argentina ⭐⭐⭐ (@Argentina) October 10, 2025
Diego convirtió la 10 en mito. Leo la transformó en eternidad. Cada uno, con su estilo y su época, marcó una era y dejó una huella imborrable. El primero con rebeldía y magia; el segundo con récords y elegancia. Juntos, representan el alma de una camiseta que no se hereda: se honra.
Pero al margen de estos dos extraterrestres del fútbol, también hubo otros grandes jugadores que vistieron el dorsal más icónico de este deporte, como Mario Alberto Kempes, Ariel Ortega, Juan Román Riquelme, Pablo Aimar, Marcelo Gallardo, Javier Pastore y Andés D'Alesandro, entre los más recordados. No obstante, antes de esta época dorada hubo apellidos que revolucionaron el fútbol argentino, como Omar Sívori, José Manuel Moreno y Angel Labruna. Muchos de ellos eran el cerebro de sus equipos, pero "llevar la 10" no era algo significativo. De hecho, el Mundial 1974, el número lo usó Ramón Armando Heredia, extremo derecho, que en esa época se usaba por orden alfabético.

En Eliminatorias y amistosos fuera de los Mundiales, jugadores como Norberto Alonso, Paulo Dybala, Enzo Pérez y Erik Lamela llevaron la 10 en distintos momentos, aunque no de forma estable. En las Copas América del 91 y 93, el responsable fue Leo Rodríguez, quien con sus gambetas rompió la sequía y la AFA puso en sus vitrinas dos títulos que eran largamente esperados. El último en usar esta camiseta fue Franco Mastantuono, recientemente vendido al Real Madrid, quien la vistió en el partido del 9 de septiembre ante Ecuador, lo que generó amplio debate en las redes por la prematura decisión de darle ese icónico número.
Este 10 de octubre, mientras la selección argentina vuelve a salir a la cancha en un amistoso frente Venezuela, el recuerdo se vuelve más presente que nunca. Messi, probablemente ausente en el once inicial, sigue siendo parte del imaginario colectivo que hoy se activa con fuerza. Porque en cada partido, en cada potrero, en cada grito de gol hasta que se retire, la 10 sigue siendo suya. Sin embargo, en la memoria de la pelota, Leo y Diego comparten no sólo un número de camiseta, sino la historia eterna de los dos máximos futbolistas que ha dado la Argentina.
