27/10/2025 - Edición Nº993

Sociedad


Adiós a las contraseñas

La inteligencia artificial y la biometría redefinen la seguridad digital

12/10/2025 | Entre 70 y 100 contraseñas conviven en la vida digital de una persona, pero solo se pueden recordar entre cinco y siete. Mientras crecen los fraudes informáticos, la inteligencia artificial y la biometría emergen como aliados clave para proteger la identidad.



Las contraseñas ya no alcanzan. En promedio, una persona puede recordar entre cinco y siete, pero administra entre setenta y cien cuentas en línea. Esa brecha lleva a prácticas riesgosas: reutilizar claves, usar combinaciones débiles o guardarlas en aplicaciones de notas.

Según distintos relevamientos, solo el 12% de los usuarios utiliza una contraseña única por aplicación, mientras que aproximadamente la mitad de las plataformas digitales todavía dependen únicamente de este método de autenticación.

En Argentina, el problema se refleja en los números. La Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI) reportó un aumento interanual del 21,1% en las denuncias por delitos informáticos. Las modalidades más comunes son el fraude en línea, la usurpación de identidad, el acceso ilegítimo a sistemas y el phishing, es decir, la captura de datos personales mediante engaños.

Si bien los gestores de contraseñas ofrecen una forma práctica de almacenar claves, también concentran riesgos: pueden transformarse en un blanco prioritario para los atacantes. Por eso, los especialistas recomiendan mantener las contraseñas en bóvedas seguras y combinarlas con claves complejas para reducir la ventana de vulnerabilidad.

El experto Adam Winston, Field CTO de WatchGuard Technologies, advierte que “una contraseña puede valer pocos dólares en la dark web, pero acceder a una bandeja de entrada o a un sistema corporativo puede significar cientos de miles”.

Las contraseñas siguen siendo una de las puertas más fáciles para acceder a información bancaria, correos electrónicos, datos de salud o de seguridad social.

La era de la identificación digital

En paralelo, la biometría gana terreno como método de autenticación. El reconocimiento facial, el escaneo de iris, las huellas dactilares, la geometría de la mano o el análisis de voz ya se aplican masivamente en aeropuertos, bancos y sistemas de salud.

La directora de Tecnología para las Américas de SITA, Sherry Stein, asegura que el escaneo del iris es el más infalible y explica que los datos biométricos deben cotejarse con fuentes confiables: “El rostro es el más sencillo, porque todos los documentos que usamos para probar identidad -como pasaportes o licencias- se basan en él”.

Los datos biométricos son rasgos únicos e irrepetibles, físicos o conductuales, que permiten verificar de manera automática la identidad de una persona. Sin embargo, en la mayoría de los accesos vinculados con dinero o información sensible, las contraseñas alfanuméricas todavía prevalecen.

La inteligencia artificial, un arma de doble filo

La irrupción de la inteligencia artificial (IA) cambió el panorama de la seguridad digital. Hoy, los atacantes pueden utilizarla para descifrar contraseñas más rápido, prediciendo patrones basados en nombres, fechas, equipos deportivos o letras de canciones.

Además, la IA permite generar páginas de inicio de sesión falsas o correos electrónicos fraudulentos casi perfectos, con gramática impecable, logotipos oficiales y hasta voces sintéticas que imitan a personas de confianza.

En este contexto, los especialistas coinciden en que el futuro de la ciberseguridad pasa por la combinación de biometría, inteligencia artificial y educación digital. Las contraseñas, como las conocimos, parecen tener los días contados.