Las intensas lluvias que azotan el norte de Veracruz provocaron el desbordamiento del río Cazones, inundando amplias zonas urbanas de Poza Rica. El agua superó los siete metros de altura en algunos tramos, anegando viviendas, comercios y vías principales. Las imágenes de calles convertidas en canales improvisados reflejan la magnitud de la emergencia y el impacto directo sobre miles de familias que debieron ser evacuadas de manera urgente.
De acuerdo con autoridades locales, las colonias más afectadas son Lázaro Cárdenas, Morelos, Ignacio de la Llave y La Quebradora, donde decenas de personas perdieron en pocas horas todo lo que poseían. La madrugada del jueves, los escurrimientos de las zonas altas saturaron el cauce y el río se desbordó con fuerza inusual. El gobernador reportó daños en al menos 48 municipios, mientras en la región de Álamo se contabilizan más de 5.000 viviendas inundadas.
Frente a la crisis, el Ejército Mexicano activó el Plan DN-III y desplegó unidades para rescatar a los habitantes atrapados por las corrientes. Al mismo tiempo, la Policía Estatal implementó el Plan Tajín, coordinando labores de evacuación y distribución de alimentos. Varias escuelas fueron convertidas en refugios temporales, donde cientos de personas pasaron la noche tras perder sus hogares. El gobierno estatal también habilitó albergues en los municipios aledaños para evitar el colapso de los centros de asistencia.
Los daños materiales son cuantiosos: comercios, estaciones de servicio y hasta concesionarias fueron invadidas por el agua. La infraestructura eléctrica y de transporte también se vio comprometida, dificultando la llegada de ayuda. En redes sociales circularon videos de residentes intentando proteger sus pertenencias con improvisados diques de arena, mientras otros pedían auxilio desde los techos. La magnitud del desastre reaviva el debate sobre la falta de planeamiento urbano en zonas vulnerables.
El desbordamiento del Cazones recuerda tragedias anteriores, como la de 1999, cuando Poza Rica sufrió una de sus peores inundaciones en medio de un temporal similar. Expertos en hidrología apuntan a que la urbanización desordenada y la deforestación de las riberas han aumentado la vulnerabilidad ante cada temporada de lluvias. Aunque las autoridades han prometido reforzar los bordos del río, las obras preventivas siguen siendo insuficientes frente a la intensidad creciente de los fenómenos meteorológicos.
En un contexto de cambio climático y eventos extremos cada vez más frecuentes, Poza Rica enfrenta el desafío de reconstruirse con mayor resiliencia. Las lluvias recientes son una advertencia sobre los riesgos de ignorar la planificación territorial y la gestión de cuencas. Si las tendencias actuales continúan, la probabilidad de que episodios como este se repitan en los próximos años supera el 70%, según estimaciones de expertos en clima regional.
Esto enfrenta Poza Rica por el desbordamiento del río Cazones. La vida era ya difícil con la violencia y si a eso le agregamos zonas inundadas, se vienen días complicados para todos. #Veracruz pic.twitter.com/Z2WB4BW7uQ
— OVED ConTREras (@ovedcontreras) October 10, 2025
La emergencia en Poza Rica expone la necesidad de repensar la infraestructura y las políticas de mitigación. Los sistemas de alerta temprana, los drenajes pluviales y las obras de contención deben integrarse en una estrategia permanente que priorice la seguridad humana por encima del crecimiento urbano. Sin una inversión sostenida en adaptación climática, cada nueva tormenta seguirá encontrando a las ciudades mexicanas en la misma situación: vulnerables y mal preparadas.