18/10/2025 - Edición Nº984

Internacionales

Emergencia humanitaria

Hambre en Haití: ¿qué está haciendo la ONU ante la crisis alimentaria?

12/10/2025 | La ONU advierte que más de la mitad de la población haitiana enfrenta inseguridad alimentaria severa, agravada por la violencia y el colapso institucional.


por Rosario Castagnet


La situación alimentaria en Haití ha alcanzado niveles alarmantes. Según el último informe de la Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria (IPC), respaldado por la ONU, cerca de 5,7 millones de personas ya viven en condiciones de inseguridad alimentaria aguda, mientras que las proyecciones indican que casi seis millones podrían enfrentar hambre crónica en 2026. Esta cifra representa más de la mitad de la población nacional y coloca al país caribeño entre las cinco crisis más graves del mundo.

Durante los últimos años, el país ha sufrido una combinación devastadora de recesión económica, colapso institucional y violencia generalizada. La incapacidad del Estado para garantizar el acceso a servicios básicos ha convertido la alimentación en un lujo inalcanzable para millones. Los organismos internacionales advierten que, sin una acción urgente, Haití podría entrar en una fase de emergencia humanitaria prolongada, con consecuencias irreversibles para su estabilidad social.

Violencia y desplazamiento

El control territorial de las pandillas ha agravado la crisis, restringiendo el acceso a alimentos, mercados y tierras de cultivo. En regiones como Artibonite y Ouest, los agricultores denuncian extorsiones, secuestros y la imposibilidad de trabajar sin pagar a grupos armados. Estas condiciones han provocado desplazamientos masivos hacia zonas rurales o fronterizas con República Dominicana, donde la ayuda humanitaria llega con dificultad. El impacto de esta violencia no solo es económico, sino también psicológico: una población exhausta que sobrevive entre el miedo y la escasez.

El mercado interno también se ha fracturado. La inflación en alimentos básicos, combinada con la caída del poder adquisitivo, ha destruido las redes locales de abastecimiento. Mientras tanto, las organizaciones humanitarias intentan mantener programas de emergencia, pero la inseguridad limita la distribución y obliga a suspender operaciones en varias zonas del país. Martine Villeneuve, directora de Action Against Hunger en Haití, señaló que los esfuerzos actuales son “reactivos y de corto plazo”, sin atacar las causas estructurales del hambre.

Una ayuda que no alcanza

Aunque algunos proyectos de cooperación internacional han permitido reducir ligeramente el número de personas en nivel de emergencia, los avances son frágiles y desiguales. La mayoría de los programas dependen de fondos externos que se agotan rápidamente, mientras que la agricultura nacional permanece paralizada. La ausencia de una estrategia sostenida de producción y distribución interna mantiene al país en un ciclo de dependencia. Los expertos coinciden en que sin estabilidad política y seguridad territorial, ninguna iniciativa humanitaria podrá revertir el deterioro.

Haití enfrenta un dilema existencial: reconstruir su economía y su tejido social mientras intenta sobrevivir a la peor crisis alimentaria de su historia reciente. El riesgo de un colapso social prolongado es alto si la comunidad internacional no redefine su estrategia, pasando de la asistencia a la inversión estructural. En un país donde la violencia es cotidiana y la esperanza escasea, el hambre se ha convertido en la forma más visible del abandono estatal.